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Policiales Sepultaron los restos de Jésica Coronel

???Donde los vea juntos los voy a matar a los dos???

Marco Ingratta habría amenazado a la víctima y a la nueva pareja. Las hijas del asesino y la mujer protagonizaron uno de los momentos más dolorosos.

Jésica Coronel, la joven madre de 30 años que fue asesinada anteayer de un disparo en su casa del barrio Campo Contreras viejo, ocasión en la que su expareja, Marco Ingratta (31), también baleó a su exsuegra y a una sobrina de la víctima fatal, estaba de novia desde hace un año y medio con otro joven. Se trata de Lucas Martínez, un vecino de 26 años del Bº Ejército Argentino y empleado del Tribunal de Cuentas de la Municipalidad de la Capital.

Un familiar del muchacho sostuvo que Jésica le contaba a Lucas que el padre de sus dos hijas “siempre le hacía problemas”, no aceptaba que la relación sentimental había culminado y que ella estuviera de novia con otra persona. “Donde los vea juntos los voy a matar a los dos”, habría amenazado Ingratta a su expareja.

Por este motivo, Lucas y la víctima “tenían mucho cuidado” cada vez que se encontraban. En este sentido, el joven les dijo a los investigadores que, en varias ocasiones, vio al dueño de una rotisería en inmediaciones de la casa de su novia, vigilando la zona. “Siempre le decíamos que tuvieran mucho cuidado”, reveló el familiar de Lucas a Nuevo Diario. Por este motivo, los encuentros de la pareja, por lo general, ocurrían en la casa del empleado público.

Lucas fue uno de los estuvo en forma permanente durante el velatorio de ayer, cerca del féretro con los restos de Jésica, además de sus familiares más cercanos.

Uno de los momentos más dolorosos se vivió minutos antes del mediodía. El silencio de la sala velatoria se “rompió” por el llanto de la hija mayor de la víctima, de 8 años, quien fue llevaba al lugar con su hermana, de 4. “¿Por qué a nosotras?”, “Mamá, ¿quién me va a abrazar todas las noches?” y “¿Cómo vamos a crecer sin vos?”, fueron algunas de las preguntas de la niña ante la foto de su madre que estaba junto al féretro.

La hermana y sobreviviente de la masacre, Jorgelina, pidió “justicia” ante “tanto dolor”.

 

La víctima estaba embarazada de poco más de cuatro meses

 

La autopsia develó que Jésica Coronel estaba gestando un embarazo de poco más de cuatro meses. En este sentido, un familiar del padre del bebé en gestación indicó que la pareja se encontraba “muy entusiasmada” y “unida”. “Les dijeron que iba a ser una mujer”, reveló.

Casualmente, Lucas Martínez había llevado el lunes a la mañana a la víctima fatal para que se realizara análisis en un centro médico, como parte de los controles periódicos que realizaba para comprobar que todo estuviera bien.

Antes del mediodía, Lucas comenzó a intercambiar mensajes con su novia para saber cómo estaba. En esa circunstancia, le dijo que luego del trabajo iba a pasar por su casa. Sin embargo, al dirigirse al domicilio de Jésica se encontró con la masacre y el cordón policial.

 

Estaba muerto cuando le disparó su excuñado

 

Los médicos forenses comprobaron durante la autopsia realizada al cadáver del comerciante Marco Ingratta, que murió a causa del disparo que se realizó en la sien derecha con un revólver calibre 38, Special. De esta manera, llegaron a la conclusión de que los dos balazos que recibió de parte del hermano policía de Jésica Coronel fueron cuando ya estaba sin vida. Como se sabe, Agustín Coronel, quien es agente de la Comisaría Primera del Menor y la Mujer, arribó al domicilio al escuchar el incidente armado en la radio portátil de la Policía. Tras ver a su madre y sobrina ensangrentadas, ingresó a la casa y le descerrajó dos disparos en el hombro y en el pecho a Ingratta, quien yacía en el comedor.

Tras el hecho, Agustín y su hermano Iván, también policía, fueron aprehendidos por orden judicial. Sin embargo, ayer fue liberado el último porque no tenía responsabilidad, mientras que el agente que realizó los disparos continúa privado de la libertad en el Cuerpo Guardia de Infantería.

 

A una de las baleadas le reconstruirán el rostro

 

El jefe de la guardia del hospital Regional, Dr. Rodolfo Gavícola, destacó ayer a Nuevo Diario que las dos sobrevivientes de la masacre del Bº Campo Contreras viejo se encuentran fuera de peligro por la evolución favorable, tras ser baleadas por Marco Ingratta. La exsuegra del agresor, Zulma Concha (52 años), tuvo que ser intervenida quirúrgicamente para colocarle un tubo pleural para drenar la sangre, luego de que la bala afectara uno de sus pulmones. Está internada en el servicio de urgencias. En tanto, Milagros Coronel, sobrina de Jésica, sufrió un balazo en el rostro que le provocó serias lesiones en el maxilar inferior. El Dr. Gavícola indicó que los cirujanos plásticos tendrán que colocarle una prótesis para reconstruirle esa parte de la cara. La joven de 22 años está internada en cirugía plástica.

 

Ingratta habría protagonizado otro hecho armado

 

La Policía y la Justicia tratan de confirmar si Marco Ingratta protagonizó un hecho armado en el que no hubo intervención de la fuerza de seguridad por falta de denuncia. El comerciante habría salido a la calle con un arma de fuego en la mano, en busca de un sospechoso de robarle una garrafa de la rotisería del barrio Siglo XXI.

Por otra parte, se realizará una autopsia psicológica de Ingratta y Jésica Coronel para determinar cómo era su relación, tras la separación.

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