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Policiales Testimonio

???Si él estaba vivo podría haberme matado, pero quería ver a ???Jesi??????

Carlos, quien reside a la par de la casa de los Coronel, tuvo que hacer mucha fuerza para abrir la puerta: el cuerpo del agresor estaba tirado detrás.

Carlos Gerez Marrone vive al lado de la casa, donde sucedió la tragedia. Ayer al mediodía escuchó los gritos que provenían del hogar de la familia Coronel. El hombre y su hermana pensaron que se trataba de un ataque de los perros porque tienen dos canes de gran envergadura. Sin embargo, al salir vieron a Jorgelina correr por el fondo hacia una casa vecina, mientras decía: “La mató a mi hermana, la mató a mi hermana”.

“Carlitos”, como le dicen en el barrio, se trasladó hasta la casa de su vecina. Abrió el portón de la calle y pasó. Al tratar de abrir la puerta principal no podía. “Tuve que hacer mucha fuerza para abrirla”, contó a Nuevo Diario. Era el cuerpo de Ingratta junto a la puerta lo que le impedía ingresar. “Jésica estaba sentada en la silla; le tomé la cabeza para ver cómo estaba y me llené de sangre la mano”, afirmó. En ese momento, decidió salir porque consideró que la amiga estaba sin vida y nada podía hacer.

“Si el tipo estaba vivo podría haberme matado, pero quería ver a mi amiga, saber cómo estaba”, señaló conmovido.

Sandra Cordero es otra vecina de la familia Coronel. El fondo de su vivienda está pegado al de la casa donde se produjo la tragedia. “Sentía gritos que venían del fondo; al abrir la puerta veo a Jorgelina llorando y a los gritos. Me pedía que llamara una ambulancia y decía: ‘Marco la baleó a ‘Jesi’, Marco la baleó a ‘Jesi’”, señaló la mujer.

Aún con nervios y emocionada por la dramática situación, reveló que como pudo marcó el número de la Policía y alertó de la tragedia. “Esto es una locura; esto se podría haber evitado si hacían algo con las denuncias que hizo ella”, destacó.

La masacre generó conmoción en los habitantes de la zona. Una gran cantidad de vecinos se aglomeraron en las inmediaciones para seguir de cerca el trabajo policial y judicial, a tal punto que perimetraron las inmediaciones.

 

Jésica había denunciado dos veces a su expareja en la comisaría

 

Jésica Coronel había realizado dos denuncias en contra de su expareja. Una de ellas la hizo el 29 de diciembre del año pasado. Fuentes policiales indicaron que la mujer expuso ante los uniformados de la Comisaría Quinta del Menor y la Mujer que fue agredida físicamente por Marco Ingratta. La víctima fue examinada por el médico de Policía y la fiscal le impuso al sospechoso una prohibición de acercamiento.

La segunda denuncia la realizó el 26 de febrero. La mujer expuso ante los uniformados de la misma dependencia policial, que fue interceptada en la Universidad Nacional, donde estudiaba y “amenazada de muerte”. Denunció que estaba vigente la prohibición de acercamiento.

 

La víctima era peluquera y tenía sueños

 

Jésica Coronel era peluquera. Con la profesión de estilista se ganaba la vida para criar a sus dos hijas y darle los gustos. Pero “tenía sueños de crecer más”, afirmaron sus vecinas y amigas. En este sentido, contaron que la víctima fatal había empezado a cursar una carrera en la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE). “Nunca se quiso quedar quieta; quería crecer intelectualmente y profesionalmente”, señalaron.

Durante las conversaciones que tenía frecuentemente, la mujer les contaba que, “ya no podía vivir tranquila” por el acoso de su expareja, quien la “vigilaba”. “Cada vez que él venía a buscar a las hijas, generaba problemas y discusiones”, afirmaron. En este sentido, indicaron que la “amenazaba de muerte” si llegaba a tener una nueva relación sentimental.

En tanto, desde la familia de Marco Ingratta afirmaron que la víctima era la que le enviaba mensajes de texto agresivos, además de pedirle constantemente dinero.

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