El jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, quedó ayer al borde de la destitución tras el inicio del debate por la moción de censura presentada por el PSOE, luego de conocerse que, con el apoyo del Partido Nacionalista Vasco (PNV) al pedido opositor, se alcanzaría la mayoría absoluta que pondría fin a su gestión.
La votación de la moción de censura tendrá lugar hoy, salvo que Rajoy renuncie. Debilitado por la condena a su partido por un escándalo de corrupción, Rajoy se juega su futuro político en el Congreso.
El PNV ha comunicado al PP (centroderecha y partido de Rajoy) que apoyará el pedido que, de ser aprobado, llevará a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno.
Sánchez necesita el apoyo de más de la mitad de la Cámara para convertirse en presidente. Recibirá el apoyo de Podemos y se dan por hecho los votos favorables de los independentistas catalanes, los que, sumados al PNV, harán que gane, por un voto, la moción de censura, que necesita la mayoría absoluta de la cámara.
Otra de las posibilidades que ha sonado con fuerza es que el líder del PP dimita antes de que el Congreso vote su destitución. En ese caso, el Gobierno quedaría en funciones y el rey tendría que proponer a un candidato para ser investido presidente.
“Su permanencia al frente de la presidencia del gobierno es dañina, y es un lastre no sólo para España sino para su partido”, lanzó a Rajoy el líder Pedro Sánchez.
