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Opinión

¿Y si adaptamos la ropa, antes que la ley?

Cada día se vuelve más complejo encontrar una prenda adecuada y con el talle correspondiente, según el peso y altura del consumidor.

Organizaciones civiles y, en respuesta a ellas, el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI) reclaman hace tiempo una ley nacional de talles. Los locales comerciales ofrecen ropa chica, para personas de contextura física chica, como si el cuerpo fuera un envase estándar. Lo hacen porque no hay una ley que se los impida. Pero si hay una —amplia— demanda insatisfecha, ¿por qué no adelantarse a una reglamentación?

 

Injustamente, quienes no están dentro de los tamaños —mal— considerados “normales” ven frustrados sus intentos de vestir como quieren para hacerlo como pueden.

 

No hay estadísticas sobre lo que se vende, sin embargo, basta con acercarse a un comercio para escuchar el clásico comodín: “ese viene en talle único”. Pantalones, remeras, camisas, suéteres; todos en tres tamaños para adultos, tres para adolescentes y tres para niños.  

 

Luego están los locales que exhiben con orgullo la “alternativa” de talles “grandes” desde el 44 en adelante. Son modelos básicos que en nada se asemejan a los “más bonitos” de las vidrieras, porque la variedad en los diseños está destinada a personas delgadas y organizada en percheros fríamente diferenciados.

 

No obstante, hay una tercera opción que, aunque más escasa, tiene una buena demanda entre el público. Son las casas que ofrecen exclusivamente talles “grandes”, con un poco más de variedad en modelos y con precios bastante elevados.

 

En Santiago del Estero y en cualquier lugar del país, lo sufren los adultos, los adolescentes y los niños que no están dentro de los moldes impuestos por la sociedad. Algo tan básico como adquirir ropa se vuelve un desafío descomunal al que deben acostumbrarse, como si uno debiera adaptarse a la ropa y no la inversa.

 

Anybody Argentina, una organización que impulsa campañas para incluir a la diversidad corporal llevó a cabo una encuesta para conocer más acerca del tema. El 68,32% de los 6.386 consultados tiene problemas para encontrar prendas de su talle “siempre o frecuentemente”. En el caso de los niños, las dificultades se plantean en el 29,66% de los casos, según quienes poseen hijos o sobrinos a los cuales compran prendas.

 

“El sentimiento más recurrente entre las personas con dificultades para encontrar talle es cuestionar sus cuerpos y sentirse impotente o enojados. 6,25% de los encuestados transmitieron que no encontrar talle los lleva a someterse a una dieta”, plantea el resultado de la última encuesta, efectuada el año pasado.

 

En 2013, el Senado dio media sanción a un proyecto de ley presentado por la senadora Roxana Latorre, pero perdió estado parlamentario en agosto del 2016. Ahora, se espera que el primer estudio antropométrico que lleva a cabo el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), permita conocer las medidas corporales de los argentinos y, en base a ello, se cree un sistema efectivo para la generación de talles reales.

 

A través de Change.org se creó una petición para dar impulso a una “Ley de Talles coherente, inclusiva y nacional”, que puede firmarse en el siguiente link https://www.change.org/p/el-gobierno-nacional-de-la-republica-argentina-una-ley-de-talles-coherente-inclusiva-y-nacional.

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