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Deportes El ascenso de Central Córdoba a la Primera B Nacional

???Quiero seguir, los planetas están alineados???

Gustavo Coleoni le confirmó a Nuevo Diario que le encantaría dirigir al equipo en la B Nacional, nuevamente.

¿Te acuerdas, “Sapo” de aquella charla que tuvimos en el bar del parque?

- Sí. La recuerdo perfectamente. Estaba todo “en pañales”, pero ustedes querían informarle al hincha lo que estaba pasando. Era lógico. Yo estaba “loco”, hablando permanentemente por teléfono con representantes y jugadores. Estaba con “Vicky” (Trejo), aquella mañana. La recuerdo.

 

- Finalmente, ¿elegiste a todos los jugadores que querías?

- A todos, sí. A algunos los conocía y los pude traer porque sabía cómo eran como personas y qué nos podían dar desde lo táctico, y algunos jugadores que uno quiere, pero no los conoce como personas y ahí hacemos una batería de preguntas, de manera minuciosa con el cuerpo técnico y mi representante, y fuimos eligiendo de acuerdo a la personalidad, a cómo son como personas, porque nosotros trabajamos mucho en la dinámica de grupo. Empezamos a llenar los casilleros, con el consentimiento del dirigente, que estaba al lado; porque para este torneo el presupuesto era muy diferente al de la B Nacional. Y había que buscar jugadores que jueguen en dos puestos, o alguno que sea zurdo, que pueda jugar en tal o cual puesto. Creo que armamos un plantel versátil, que es muy diferente a un plantel largo.

 

- Y ahora que ya pasó todo, ¿cómo estás?

- Estoy feliz, muy contento. Es como sacarse un peso de encima. Feliz por el cuerpo técnico, por los jugadores, por la dirigencia y principalmente por la alegría que le dimos a la gente. Un público bastante sufrido en los últimos años, que se merecía tener esta alegría. Le agradezco a la dirigencia por habernos dado la oportunidad de armar nuestro propio proyecto.

 

- No debe haber sido fácil jugar con la “presión” de ascender, ¿no?

- No. No es fácil dirigir ni jugar en un equipo que tiene la obligación, desde el primer partido, de tener que pelear el ascenso. Eso nos fortaleció en el día a día. Aquí no cabía otra que por lo menos jugar una final. Entonces, es muy difícil jugar con esa presión de tener que ganar siempre para poder ascender. Eso al equipo le fue formando un temple importante.

 

- ¿Qué partido crees que los marcó definitivamente?

- Hicimos partidos muy buenos desde el juego, con un sistema de 4-1 y 4-1, en la primera fase. Después el equipo se quedó sin tanta gente en el área y pasamos a jugar 4-4-2. Y creo que en Salta, ante Gimnasia y Tiro, el equipo mostró un fuerte carácter, además de jugar, ya que luego de estar perdiendo 3-0 pasamos a ganarlo por 5-3. Ahí nos demostramos a nosotros mismos que podemos jugar bien y poner esa garra y ese temple para ganar. A partir de ahí fuimos desandando un camino en el cual cada uno sabía cuál era su rol.

 

- Debió ser clave aquello para la confianza del plantel, ¿no?

- Nos dio tanta confianza aquel partido, que sabíamos que en cualquier momento los podíamos ganar. El equipo adquirió una solidez defensiva, basado en dos experimentados como Taborda (arquero) y Ferrero (capitán y defensor); el “Kichu” Díaz nos dio una dualidad a la hora de atacar con él y defender también con él; lo de Vera Oviedo fue un hallazgo que al lado de Ferrero se potenció aún más; y el “Chaco” (Marcos Sánchez) fue siempre muy parejo y yendo de menor a mayor. Así, con esa solidez, el equipo fue encontrando su juego, encontrando a los habilidosos, a los rapiditos, a los definidores; y nosotros estuvimos siempre buscándole la vuelta para que ellos se sientan cómodos y que jueguen donde mejor rinden. Y creo que le dimos un rendimiento óptimo al equipo.

 

- ¿Pensaste alguna vez que se les podía escapar el ascenso?

- Cada partido te da o te quita cosas. Por ejemplo, con Crucero del Norte, de locales, hicimos un gran partido, con mucha actitud, pero no podíamos quebrarlos, así que pusimos a Pato y a Ortega en el segundo tiempo, dos gambeteadores, ya que por el funcionamiento no podíamos ganarlo y faltaban diez minutos. Por suerte, desde su impronta, Ortega hizo una jugada “maradoniana” y sobre la hora lo ganamos 2-1. Pero no fue casualidad, al gol lo merecíamos hacer antes, pero lo hicimos en el último minuto. Así nos pasó en varios partidos, que tuvimos que laburarlos desde adentro y desde afuera. Como aquel ante Chaco For Ever, que lo ganamos con un golazo del “Kichu” faltando seis minutos.

 

- Sí, a veces depende de si la pelota pega en el palo y entra o pega y sale...

- Exacto. Yo había perdido varias finales; jugué cinco y algunas las merecí ganar, pero las perdí por penales. No hay un punto donde uno dice, aquí tuve miedo o aquí pasó tal cosa. No. Cada partido te da la posibilidad de ganar y perder.

 

- ¿Qué otro partido destacarías?

- El partido de los otros días, en Mendoza, no lo ganamos, pero quedó la sensación de que sí lo hicimos, porque fuimos a jugar a la casa de un rival que parecía inexpugnable y nosotros les desnudamos todas las falencias. En la previa, el empate nos servía, pero en ningún momento les dije a los jugadores que vayamos a empatar. El equipo se plantó y salió a ganar en la cancha del plantel con mayor presupuesto. Con personalidad los llevamos por delante, ante su gente. Usamos muchas cosas como estímulo para poder ganarlo.

 

- Sabemos que es muy prematuro aún, pero ¿ya comenzaste a pensar en lo que se viene? ¿Se puede saber si vas a continuar?

- Estuve con “Leo”, mi representante, tomando un café y es inevitable no pensar en lo que se viene, y estuvimos nombrando a tal o cual jugador que me gusta. Yo tengo contrato hasta diciembre, pero la intención mía es la de quedarme, porque los planetas están alineados. Logramos el objetivo, armamos el equipo que queríamos, demostramos nuestra capacidad. Claro que nos gustaría continuar. Tengo mi casa cerca, eso también es importante.

 

- ¿Qué cosas diferentes tuvo este ascenso con Central?

- Me tocó dirigir Talleres, que es el patio de mi casa, en un equipo que no armé, pero que lo enderezamos y logramos clasificar a la etapa final, pero no se me dio ascender; en Santamarina tuve dos chances de ascensos. La primera la perdí por un penal que no existió, que lo cometió Diego Bucci, que ayer “me pagó su deuda” con una gran actuación; la otra final la perdí con Santamarina, para subir a Primera, contra Patronato, que la perdimos por penales. Aquí es diferente, la gente de Central es muy pasional. Uno anda por la calle saludando gente y vemos con qué poco la gente es feliz, atrás de su amor por el “ferro”. Las sensaciones son muy diferentes y muy lindas. Y por eso quiero seguir en el club.

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