El dolor es inmenso. Especialmente en sus padres, hermanos y demás familiares. Algunos de ellos sufrieron descompensaciones ante la pérdida irreparable del piloto santiagueño Miguel Urtubey Formini, quien falleciera el miércoles pasado en la tragedia del cerro del paraje El Naranjo del departamento tucumano Burruyacu. Una ambulancia con paramédicos acompañó ayer después del mediodía el cortejo fúnebre hasta el cementerio La Piedad, ante la sensibilidad de los familiares del joven de 30 años, quien piloteaba la avioneta que se estrelló cuando se dirigía desde el aeroclub de Yerba Buena hasta Gobernador Garmendia junto a tres pasajeros —todos empresarios tucumanos—, quienes también murieron.
Mientras tanto, en Tucumán, la Justicia y organismos aeronáuticos se encuentran investigando las causas del accidente aéreo que segó la vida de cuatro personas. En este sentido, se tratará de determinar si el siniestro se produjo a causa de la niebla, un desperfecto mecánico o a error humano. En este sentido, el primer poblador de El Naranjo que llegó al escenario de la tragedia, les confirmó a los investigadores que había poca visibilidad cuando llegó caminando al lugar donde se estrelló la aeronave.
Para concretar la investigación, los efectivos recuperarán los restos de la avioneta para ser analizados. Los resultados de las primeras pericias podrían estar en la próxima semana y responder a los interrogantes que dejó el accidente aéreo que conmocionó a Tucumán y Santiago.
