La noticia consternó a toda la comunidad santiagueña anoche, cuando se supo que Rubén Palavecino, el hijo del memorable y legendario folclorista Don Sixto, había fallecido.
Una fuente confiable contó a este medio cómo ocurrió el deceso. Según dicho informe, a las 22 horas del lunes se alertó al personal de la Comisaría 11ª, a través de un llamado telefónico, que en calle Guayana Nº 292 del capitalino barrio América del Sur había una persona sin vida.
Al arribar una comisión policial al lugar se entrevitó con Nelva Moyano (72), esposa de Rubén, quien relató que alrededor de las 21.30 lo acompañó a una de las habitaciones del inmueble para que ya se acostara a descansar, habiendo finalizado el día.
Minutos después, ella regresó a la pieza pero descubrió que estaba con llave. Entonces llamó a la puerta y, ante la ausencia de respuesta, pidió a una de sus hijas que la ayudara a abrir el mencionado ingreso.
Al hacerlo, se dieron con la novedad que inundaría sus corazones de una profunda tristeza: el cuerpo de Rubén yacía en el piso del dormitorio. Perosnal del Sease acudió al lugar y constató que el músico ya había fallecido. Los paramédicos fueron quienes informaron a la Policía sobre su deceso.
Los efectivos policiales consultaron con la fiscal de turno, Dra. Farrán Serlé, quien dispuso que en el lugar se hiciera presente el médico de Policía.
El cuerpo fue examinado por la Dra. Suasnabar, quien firmó su Acta de Defunción, debido a que no presentaba señales de fuerza física, con lo que se descartó por completo que la muerte hubiera ocurrido por la intervención de otro ser humano.
Rubén fue un eximio folclorista, autor y compositor, que acompañó a su padre en su prolífica carrera. Un ser entrañable, con un gusto muy particular para la ejecución de la guitarra, y "uno de los últimos bordoneadores", según aseguran quienes lo conocieron.
