Dolores y Rosa, dos historias de vida distintas, pero con un mismo fin: “encontrarse”.
Dolores Rivadeneira, oriunda de la vecina provincia de San Miguel de Tucumán, durante muchos años buscó a su mamá Tránsito Segunda Medina, quien por el año setenta —aproximadamente— decidió vivir en Santiago del Estero con su actual pareja, dejando a sus siete hijos al cuidado de su exmarido.
Desde ese momento, Dolores no volvió a saber nada de su mamá, solo recordaba vagamente, ya que ella tenía 12 años, que su mamá se fue con una hermanita, que en aquella época tenía siete meses.
Con el pasar de los años, Dolores sintió la necesidad de reencontrarse con su mamá; entonces, incentivada por su hija menor María, comenzaron a investigar, a recabar datos, a preguntar a los familiares si recordaban algo, ya que había pasado mucho tiempo de la partida de Tránsito.
Fueron años de búsqueda, ya que había poca información, sólo se sabía que Tránsito, junto a su esposo Santos Miranda, vivían en el barrio Huaico Hondo.
Entonces, Dolores y su familia decidieron contar su historia a través de las redes sociales, en donde cada usuario iba aportando algunos datos.
Uno de ellos fue la confirmación de que lamentablemente su mamá había fallecido hace algunos años atrás. Eso le generó un sinfín de sentimientos encontrados, de tristeza, por no tener la posibilidad de poder abrazar a su madre. Pero le quedaba la esperanza de encontrar a su hermana Rosa Miranda.
Finalmente ayer, por intermedio de Nuevo Diario, Dolores pudo escuchar, por primera vez, la voz de su hermana Rosa, después de 47 años de no saber nada una de la otra.
Y el próximo sábado, Dolores y Rosa se encontrarán, cara a cara, para darse el tan esperado abrazo, después de toda una vida separadas.
