Hondo pesar y mucha tristeza fue el común denominador en los familiares y amigos de Rubén Exequiel Verón, quien falleció el pasado jueves al mediodía en un accidente ocurrido en la Ruta 9, cuando viajaba —junto a sus amigos “Los hijos del Viento”— hacia Córdoba y fueron precisamente estos los que dieron un particular adiós al occiso, con el rugir de sus motocicletas de alta cilindrada.
Durante toda la jornada de ayer se vivieron escenas de profunda congoja en la sala velatoria ubicada en la calle Olaechea —entre 9 de Julio y Urquiza— donde los parientes y las personas que conocieron a Verón, quien era hijo del director de Calidad de Vida de la Municipalidad de la Capital, manifestaron dolor por la terrible pérdida.
La mayoría de ellos, desconsolados, aún no podían creer que Rubén Exequiel ya no esté más en este mundo, y se preguntaban cómo había sucedido el fatal hecho, sin poder entenderlo.
Despedido por “pisteros”
En momentos en que el cortejo fúnebre partía hacia la última morada de Rubén Exequiel, sus amigos hicieron rugir los motores de sus poderosas motocicletas en señal de particular despedida, e incluso uno de ellos se animó a acelerar su rodado y levantar una humareda, lo que arrancó el aplauso de muchos de los presentes, aunque la mayoría observaban impávidos dicha acción. Los “pisteros” acompañaron el cortejo hasta la necrópolis, en el último adiós.
