Ante la ola de hechos delictivos ocurridos, Río de Janeiro dejó de ser por estos días la "Ciudad Maravillosa" para convertirse en el calvario de pobladores y turistas, ante los innumerables robos ocurridos mayormente en playas y centros comerciales. Por este motivo, el presidente de Brasil, Michel Temer, tomó la determinación de otorgar a las Fuerzas Armadas la responsabilidad de combatir la violencia y de garantizar la seguridad.
Ante ello, las mismas serán quienes comanden a la Policía Civil y Militar en el Estado de Río. La disposición realizada por Temer, como conclusión de una reunión de emergencia celebrada anoche en el Palacio Presidencial, fue anunciada por el presidente del Senado, Eunício Oliveira, en declaraciones brindadas a medios de ese país.
Según se difundió, el decreto se publicará en las próximas horas y la medida, que tiene que ser aprobada todavía por el Congreso, se produce en medio de un rosario de críticas por las escenas de violencia registradas durante el carnaval en la ciudad, que ha recibido a millones de visitantes. El propio gobernador de Río, Luiz Fernando Pezao, reconoció esta semana que no estaban preparados para garantizar las seguridad durante el carnaval, mientras que el alcalde, el evangélico Marcelo Crivella, está en el ojo del huracán porque se encuentra fuera de Brasil.
