No importa si es en una peña, en una fiesta de cumpleaños, en el patio de la casa o en la sala de un hospital. La chacarera tiene un poder especial que pone a cualquiera a bailar, zapatear, aplaudir o simplemente disfrutar. Luca Verminetti y Luz Figueroa, hijos de una familia que se define “folclórica de sangre”, emocionaron a su bisabuela, María Asunción Railef, bailando la “Chacarera del Violín”, del bandeño Néstor Garnica.
Mientras se recupera de una operación de cadera, la mujer de 88 años que, además padece Alzheimer, observa con agrado a los niños. El afortunado hecho fue filmado en la clínica San Fernando en Buenos Aires. Ayer, “Lali” Romero, mamá del nene y tía de la nena, lo compartió en las redes sociales y no paró de recibir elogios.
En diálogo con Nuevo Diario, contó que aman el folclore, tal como se lo transmitieron “en casa”. “Mi papá tiene un grupo: Los Hermanos Romero; yo bailo desde los 9 años y hoy tenemos un grupito de danzas”, explicaba “Lali”. Para María Asunción, su abuela, no es novedad verlos bailar y es algo que ama. “Y así le bailen la misma chacarera la hacen feliz porque disfruta de algo por lo que ella siempre luchó: para que no se pierda la tradición en la familia”, señaló.
En otras épocas, la abuela cantaba folclore, incluso hoy cuando escucha “Zamba de mi esperanza” tiene gratos recuerdos, a pesar de su Alzheimer.
La familia respeta y acompaña estas costumbres de la cultura que llenan de orgullo y emoción a cualquier argentino. Por eso, tanto hijos como nietos y bisnietos, llevan música y danzas a su abuela, aún en el sanatorio.
