La historia de vida de un joven añatuyense que se vio marcada por las desavenencias familiares y que se vio agravada por un episodio triste y lamentable, cuando a los 16 años —en el marco de una pelea— truncó la vida de un muchacho, tuvo un giro de 180 grados gracias al abnegado compromiso de una abogada que lo encauzó, consecuencia de lo cual un Tribunal resolvió dictarle la absolución.
Se trata de Esteban Fabián Aranda, quien cometió dicho crimen en agosto de 2014 y permaneció privado de su libertad en Púberes Varones y en el Penal de Alsina 850, aunque gracias a favorables informes de psicólogos y otros profesionales, como también de autoridades de dichos organismos y del eficiente trabajo técnico del abogado Martín Jiménez Soria (su defensor) fue externado para continuar un tratamiento tutelar bajo la guía de la Dra. Natalia Gauna, a quien se designó como su tutora.
Encomiable tarea de contención
A partir de entonces, la Dra. Gauna llevó a cabo una encomiable tarea de contención y guía, permitiendo que Esteban cuente con un espacio en su domicilio —en la ciudad de Tucumán— desde donde el joven desarrolló tareas laborales y académicas, que cumplió de manera paralela al tratamiento psicológico, llegando a ser ayudante de sus docentes en cuestiones técnicas.
Los informes que el Tribunal recibió sobre la conducta, las actividades laborales y académicas, y del tratamiento psicológico que realizó Esteban fueron excelentes, lo que posibilitó que se haga lugar al planteo efectuado por su defensor, requiriendo que se dicte la absolución para su pupilo procesal, a lo cual la fiscal María Emilia Ganem no se opuso, convencida de que el tratamiento tutelar fue efectivo.