“Llevame para el lugar donde lo están buscando a ‘Marito’ —en referencia al rastrillaje que realizó la Policía en la zona donde desapareció el niño—. Esos hijos de p… ya mataron a mi hijo”, fue la frase que habría pronunciado Gladys Ramos cuando los efectivos aún buscaban con vida al menor, afirmó Mario Salto, su exesposo.
Mario Agustín Salto (11 años) desapareció el 31 de mayo de 2016. Había salido a pescar en una represa del barrio Cooperativa de Quimilí, donde desapareció. Desde ese momento, la Policía comenzó la búsqueda.
Su madre, Gladys radicó la denuncia de su desaparición. Pasaron las horas y la búsqueda continuaba. La mujer, quien reside en el paraje San Francisco, el 1 de junio le pidió a un familiar al que encontró cuando cargaba combustible, que la trasladara hasta el lugar donde fue visto por última vez el menor.
“Llevame para el lugar donde lo están buscando a ‘Marito’. Esos hijos de p… ya mataron a mi hijo”, dijo la mujer cerca de las 10 de la mañana de ese día, reveló su exmarido. El menor fue hallado violado y descuartizado al día siguiente en un camino vecinal, a unos 11 kilómetros de la represa, al costado de la Ruta Provincial 6.
Ante esta revelación que tuvo semanas atrás, Mario Salto —padre del niño asesinado— comenzó a tener sospechas sobre su expareja. “Para mí ella sabe más de lo que dice. Creo que ella sabe o sospecha algo y no dice nada”, remarcó.
Mario Salto dijo que comenzó a recibir amenazas de muerte supuestamente de familiares de los hermanos Ocaranza, que se encuentran detenidos por el crimen de “Marito”. “Nos vamos a ver las caras en enero. Vos los mandas presos, yo te mato”, fue la advertencia al peón rural.
En los nuevos allanamientos, encontraron escritos que estarían vinculados a la muerte del niño de 11 años. “Proteger a los hermanos”, rezaba un papel en la casa de los Ocaranza, mientras que en la casa de “Miguelito” Jiménez se encontró un papel que decía: “Dra. Falco muerta. 666”.
