El volumen de agua del río Dulce aumentó durante la madrugada de ayer y fue vital para la tarea del personal del Grupo Especial de Rescate (GER). Con las primeras luces del día, los uniformados se internaron en el cauce e iniciaron el rastrillaje acuático, a la altura del barrio Aeropuerto, donde fue visto por última vez Mario Soria, el hijo de 19 años de uno de los integrantes de esa dependencia.
A poco de iniciar la tarea, a unos 400 metros, los policías ubicaron el cadáver del infortunado joven, quien se habría ahogado el lunes a la tarde, de acuerdo con testimonios de sus tres amigos con quienes se encontraba en el lugar.
El aumento del caudal había descubierto el cuerpo que se encontraba tapado con arena en la saliente de una curva que realiza el cauce. Habían pasado pocos minutos de las siete de la mañana cuando hallaron el cadáver del vecino de la primera ampliación del barrio Borges.
Inmediatamente, los uniformados alertaron a sus superiores y al fiscal Julio Carmelo Vidal, quien ordenó que el cuerpo sea trasladado a la morgue judicial para ser sometido a autopsia por los médicos forenses. El funcionario quiere determinar la causa del deceso y si presenta algún tipo de lesión que pudiera hacer sospechar que fue agredido y arrojado al agua, tal como cree el papá de la víctima, Miguel Ángel Soria. El sargento primero no cree que su hijo se haya ahogado porque “sabía nadar”. No obstante, los investigadores indicaron que, según los amigos, estaban consumiendo vino al momento del hecho.
Por otra parte, el Dr. Vidal se apresta a indagar a uno de los amigos, conocido como “Wanchope” (20), quien está aprehendido, luego de que se determinara que dejó la ropa de la víctima en la casa, aunque se habría hecho quedar el celular que posteriormente lo vendió para comprar drogas.
Asimismo, los amigos no habrían coincidido cómo Mario terminó en las aguas. Uno decía que se cayó desde el barranco y los otros que se estaban bañando en el cauce.
“Estamos mal, esto nos afecta a todos”
El subcomisario Ariel Abdala, jefe del GER, fue el encargado de avisarle al sargento primero Soria sobre el hallazgo del cuerpo de su hijo. El padre de “Marito” se encontraba en las inmediaciones y lloró desconsoladamente, mientras era contenido emocionalmente por sus colegas, quienes habían participado del rastrillaje. “Estamos muy mal, esto nos afecta a todos, estamos muy tristes”, afirmó Abdala.
El funcionario policial indicó que “conocía a Marito desde bebé”, en ocasiones en la que sus padres visitaban la base cada vez que iban a pasar el día en el parque Aguirre.
Una vez que el cuerpo fue extraído de las aguas, su padre pudo acercarse al lugar. Abdala destacó que el aumento del caudal descubrió el cuerpo de la arena.
