Poco más de 14 millones de chilenos estaban habilitados para elegir presidente, diputados y senadores en las elecciones realizadas este domingo en el país trasandino. Tal como habían advertido los sondeos, el ex mandatario Sebastián Piñera corre con una amplia ventaja en el conteo de los votos.
El reclamo por mejores oportunidades de trabajo, por un mayor acceso a la salud de calidad y a la educación se repitió en votantes de todos los signos políticos. Piñera ha logrado hacerse eco de los reclamos que parecen prioritarios para la gran mayoría de los votantes: “La delincuencia, el crecimiento económico y las posibilidades de empleo”.
Si hay algo que describe al grupo de ocho postulantes que aspiran a la presidencia de Chile es la heterogeneidad. Hubo candidatos con muchísima experiencia —uno ya fue presidente y otro se postula al cargo por tercera vez— y hay una novata que ni siquiera estaba en la política hace un año. Al mando de una nueva coalición de derecha, Sebastián Piñera, el más veterano de los candidatos con 67 años, ganó las internas. Piñera ha prometido separar la política de los negocios y un crítico de los escándalos de corrupción.
