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Policiales Dirección General de Drogas Peligrosas

La ???narco-madre??? cayó por sus gastos

La mujer utilizaba a sus hijos para comercializar cocaína y marihuana a cualquier hora del día a clientes que llegaban desde distintos lugares.

El nivel económico de la mujer de 40 años era alto, aunque los números no cerraban. Su pareja se encuentra detenida y acusada de tráfico de estupefacientes, a raíz de una investigación de efectivos de una fuerza de seguridad nacional, mientras que ella no trabaja. Apenas cobra la Asignación Universal de sus cuatro hijos, pero se daba todos los gustos y compraba asiduamente vehículos y electrodomésticos de gran tamaño para su vivienda del segundo pasaje, entre costanera e Italia, del barrio Río Dulce de La Banda, donde anteayer fue apresada por personal de la Dirección General de Drogas Peligrosas de la Policía provincial.

 

Los especialistas en la lucha contra el narcotráfico investigaban a la mujer desde hace seis meses. El seguimiento de la sospechosa no fue fácil. Es un complejo habitacional considerado “conflictivo” por los investigadores, quienes tuvieron que camuflarse en el vecindario para seguir los pasos de la narco y volcarlo en un expediente, con conocimiento del juez federal, Guillermo Molinari.

 

De esta manera, se determinó que la mujer utilizaba a sus hijos en la actividad ilegal. Los chicos —de entre 7 y 14 años— hacían de “soldaditos” en el primer paso de la venta de cocaína y marihuana, todo en la misma vereda de su domicilio y a plena luz del día.

 

El ir y volver de clientes no cesaba con la llegaba de la noche. La comercialización era a cualquier hora y los compradores —de toda edad— llegaban desde el mismo barrio y de La Isla, El Tuscal, Matadero, Parque Industrial, El Cruce y IV Centenario, entre otros.

 

Los investigadores —quienes realizaron un seguimiento con filmaciones y fotografías, entre otras pruebas elocuentes— establecieron que la mujer recaudaba 200 mil pesos por semana, de cuales unos 80 mil pesos le quedaban de ganancia por la venta de drogas. Un automóvil, motos 0 km, LCD de grandes dimensiones, freezers inmensos y gran cantidad de costosos electrodomésticos eran parte de sus últimas compras.

 

Dos Pitbull, en la puerta de la casa

 

La mujer tenía una pistola calibre 45 y 11 proyectiles. Pero no era suficiente para custodiar la valiosa mercadería ilegal, como la abultada recaudación que tenía semanalmente. Al arma sumó dos perros de raza Pitbull que estaban atados en la puerta de ingreso a la casa.

 

Sin embargo, no sólo era para evitar el robo de la droga y el dinero, sino también para que los policías no pudieran ingresar fácilmente en un allanamiento. Esta modalidad de seguridad que tenía la narco-madre se repetían en otros dos domicilios que fueron allanados, cuyos ocupantes tendrían una relación con la sospechosa en la actividad ilegal. Ante esta situación, los investigadores de Drogas Peligrosas solicitaron la colaboración de los efectivos de la Sección Canes, quienes neutralizaron a los Pitbull para que pudieran realizar el procedimiento sin problemas.

 

Como se sabe, durante el operativo, la Policía le secuestró a la mujer un kilo de cocaína (que había recibido en los últimos días), 100 gramos de marihuana y 70 mil pesos que estaban en otro domicilio.

 

Ella se encargaba de “estirar” la droga

 

Además de la cocaína y la marihuana, la narco-madre tenía frascos con medicamentos que utilizaba para “estirar” la droga o aumentar su cantidad para obtener mayores ganancias en la venta ilegal. Utilizaba bayaspirinas, bicarbonato y hasta energizantes en polvo. Los investigadores determinaron que la misma mujer era la encargada de realizar esta mezcla, fraccionarla y venderla entre $ 200 y $ 400 el envoltorio o “bagullo”, de acuerdo con la calidad.

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