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Opinión Segundo encuentro

Nada podrá hacerse sin el consenso de provincias

El Primer Mandatario nacional mantendrá una nueva reunión con los gobernadores.

Equilibrio fiscal, bajar impuestos, solución política al reclamo de Buenos Aires para eliminar el tope al Fondo del Conurbano y recibir más recursos para obras. Estas son las principales líneas que marchan hacia un acuerdo entre el Gobierno nacional y las provincias, resultado del primer round entre Mauricio Macri y su equipo, y los gobernadores. Pasaron a cuarto intermedio y la semana que se inicia volverán a reunirse en la Casa Rosada.

 

Todo es parte del plan del Gobierno de avanzar en tres reformas: tributaria, laboral y previsional. Es un paquete muy grande donde todos los aspectos aparecen entrelazados. Por caso, la Rosada les pidió ya también a los mandatarios provinciales que avalen con su firma la reforma previsional.

 

El Gobierno descartó —por ahora, sabiendo que habría gran rechazo— la suba de la edad jubilatoria, pero quiere cambiar el cálculo de actualización de los haberes para hacerlo por inflación en forma trimestral, en lugar de la fórmula actual. Según especialistas que se oponen, eso perjudica a los jubilados.

 

Como sea, de lo que suceda en la mesa con los gobernadores dependerá el fin de año legislativo donde hay un cúmulo de proyectos que intimidan.

 

En Diputados deberá tratarse el Presupuesto 2018, la ley de Responsabilidad Fiscal y la reforma tributaria. Para partir aguas y trabajar en paralelo, por el Senado ingresaría la reforma laboral, que no tiene aún un acuerdo cerrado con la CGT. Sectores sindicales están en pie de guerra contra cualquier cambio mientras que el Gobierno enfatiza “el gradualismo” de su propuesta.

 

Nada podrá hacerse sin el consenso en general de las provincias, y en lo laboral con un guiño mayoritario de los popes sindicales, cuya oposición lisa y llana tendría poder de veto en el Parlamento.

 

El oficialismo salió muy fortalecido de las elecciones de octubre. Más allá de que no tendrá mayoría propia en ninguna Cámara, ganó muchas bancas (de 87 a 110 en Diputados) y ganó 9 en el Senado (de 16 a 25).

 

Y el kirchnerismo quedó debilitado por la derrota de Cristina Kirchner en Buenos Aires. “Más allá del número, a ellos se les nota la pérdida de poder simbólico”, sostienen en el oficialismo parlamentario, “si ganaban en Buenos Aires venían a marcar toda la agenda parlamentaria, pero desde las elecciones no juntaron más los 70 diputados del FpV”.

 

Junto a las leyes “esperables” (como Presupuesto) Cambiemos con apoyo massista se apresta a darle mañana en Diputados dictamen al proyecto de Ley de Defensa del Consumidor, o “ley antimonopolios”, que apunta a combatir los abusos y concentraciones empresarias que impiden la competencia, para atacar así la inflación. Sorprenden en el oficialismo: aseguran que “es la ley más importante que se pueda votar este año” y anticipan fuertes resistencias de “los sectores concentrados de la economía”.

 

 

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