Luego de los resultados favorables obtenidos en las elecciones legislativas del pasado 22 de octubre, sumando a estos índices favorables de crecimiento económico y de desaceleración inflacionaria —aunque en este punto los observadores no son optimistas con un reacomodamiento de precios a partir de los incrementos de las tarifas eléctrica en diciembre próximo-, el Gobierno de Cambiemos está convencido de que “se abrió una ventana de oportunidades” para que la Argentina comience una nueva etapa de realizaciones, a partir del diálogo con distintos sectores del quehacer nacional al que convocó y dio el puntapié inicial ayer el presidente Mauricio Macri, con gobernadores, empresarios, sindicalistas y representantes del Poder Judicial.
Los anuncios y propuestas de modificaciones en lo económico, social e institucional, serán a partir de políticas consensuadas en el marco de “mesas de diálogo”, como propuso el Presidente. En la primera fase de os planteos, el Gobierno dio a conocer las políticas que piensa aplicar en lo referente a blanqueo laboral y eliminación de aportes patronales para los salarios menores de $10.000, como reducción de gravámenes a empresas que reinviertan las utilidades. En el terreno previsional, se proponen ciertas reformas y que las jubilaciones y planes sociales, pasarían a ajustarse por la inflación y no por variaciones de recaudaciones.
En este sentido, se destaca que los lineamientos de los proyectos oficiales en materia de economía, gastos e inversión, irán en consonancia con la opinión de economistas y expertos locales, que ayuden en un intento de racionalizar con eficacia la administración nacional.
En cuanto a las políticas fiscales, Macri destacó la importancia de hacer reformas de acuerdo con los gobernadores, que eviten hacer mayores gastos a los ingresos y coincidir en acciones integrales, aprovechando al máximo los recursos y capacidades que ofrece el país, para competir eficientemente en el mundo globalizado que impone diversos desafíos.
El Gobierno es consciente que la fuerte legitimidad consagrada por el triunfo electoral, debe estar acompañada de eficacias decisionales para mantener su poder de gobernabilidad. La eficacia decisional alude a la capacidad que expone el aparato gubernativo para adoptar y ejecutar resoluciones tendientes a superar los “desafíos”.
La eficiencia del gobierno contribuye a consolidar el rol arbitral que el Estado debe cumplir en el sistema político y democrático. De ahí la importancia que el Presidente de la Nación le otorga a lo que llama “una nueva etapa” en la que el diálogo multisectorial será una piedra angular en el sostenimiento de la credibilidad que la sociedad otorgue al aparato gubernativo que tendrá que mostrar aptitud y permeabilidad para atender las demandas sociales.
Un gobierno con plena e indiscutible legitimidad, puede darse el “lujo” de adoptar medidas sin titubeos, sabiendo que su estabilidad no peligra, en tanto y en cuanto sus decisiones generen sustento y no descontento.
