Con gran satisfacción por el trabajo desarrollado al servicio de la comunidad, la Fundación José María Cantos celebró ayer sus 15 años. Directivos, equipo de trabajo e invitados especiales participaron del acto realizado en la sede ubicada en 25 de Mayo casi Urquiza.
El fundador y presidente de la entidad, don José María Cantos y sus hijos, encabezaron la ceremonia que comenzó con una breve reseña de los orígenes. Luego descubrieron una placa conmemorativa en la recepción del edificio.
Don Cantos destacó los 15 años brindando “un servicio totalmente gratuito a la comunidad”.
“Todos se han acomodado a las circunstancias y estamos muy satisfechos por haber atendido a los que llegaban. Si Dios nos ayuda, vamos a tener muchos años más por delante”, comentó.
En relación a las metas trazadas en el inicio de la Fundación, planteó que “se ha logrado más de lo que ambicionábamos”.
“Se ha cumplido con todos los objetivos y estamos muy contentos de haber hecho este aporte a la comunidad”, expresó.
Como hace 15 años, la organización reafirma su compromiso de brindar servicios sin ánimos de ninguna retribución. La Fundación ha mantenido un intenso trabajo, desde la distribución de alimentos en escuelas y comedores, pasando por seminarios, talleres y actividades de todo tipo, hasta la atención primaria de la salud para las personas sin cobertura médica.
Además, desarrolla una importante misión en la enseñanza de oficios en fomento del emprendedurismo para fortalecer la economía familiar.
“Pensamos siempre que esto va a crecer”
Profesionales médicos que trabajan en los consultorios de la Fundación José María Cantos estuvieron presentes en la ceremonia. Entre ellos, el Dr. Aldo Gavícola, quien con su trabajo se ganó un lugar importante en la entidad.
“Para mí es un orgullo estar acompañando desde los orígenes de la Fundación, atendiendo a los necesitados, desarrollando una actividad social en la que empezamos pocos. Pensamos siempre que esto va a crecer a futuro”, manifestó.
El especialista en odontología recordó los primeros años, cuando la sede de la Fundación se encontraba en Pedro León Gallo. “Si bien hoy tengo una gran ayuda que es mi hijo, el Dr. Aldo Nicolás, quien hace la parte más pesada, yo sigo trabajando y cuando me necesitan, vengo”, explicó con satisfacción. Finalmente, valoró la mirada de don José María Cantos de velar por los que más lo necesitan. “El fundador nos ha enseñado que el cuidado de la salud debe estar acompañado por la parte social”.
