Carlos y Ariel Perea no encuentran explicación para la tragedia que provocó su hermano menor, Gustavo Daniel Perea (22 años), quien anteayer baleó en la cabeza a su madre, Alicia Beatriz Suárez (53), y luego se descerrajó un disparo en la sien derecha que le provocó la muerte. “No sé qué es lo que le ha pasado a mi hermano; era el más tranquilo de todos”, afirmaron.
Lamentablemente, la madre murió ayer a la mañana en la Unidad de Terapia Intensiva del hospital Regional, donde estaba internada con pérdida de masa encefálica.
“Mi hermano era una persona sin ningún tipo de agresividad; esto es inexplicable”, afirmó Carlos, quien reside a un kilómetro de donde sucedió la tragedia, en el paraje San Francisco, a 45 kilómetros de Sumampa (Quebrachos).
Contó a Nuevo Diario que recibió un escueto mensaje de texto de su hermano, que decía: “Maté a la mami, le pegué un tiro”. Sostuvo que, casi al mismo tiempo, Gustavo caminó unos cien metros hasta la casa de su padre, Manolo —quien estaba separado de Alicia desde hace diez años— y dejó a sus dos sobrinas de 3 y 4 años que son hijas de Ariel y estaban al cuidado de su abuela. El padre del joven pensó que alguien podía haberse enfermado y debía ser llevada al hospital, pero nunca en una tragedia. Sin embargo, luego advirtió que había recibido el mismo mensaje que su hijo Carlos.
La familia se trasladó hasta la casa de Alicia y la encontró tirada en el patio. Tenía un balazo en la cabeza. En la cama de su habitación estaba Gustavo, con un disparo en la sien derecha; se había suicidado con la misma arma con la que ejecutó a su madre, un revolver calibre 38 que había en la vivienda.
“Horas después de estar tirada en el piso, los policías se dieron cuenta que mi mamá estaba viva porque se movió y la trasladaron al hospital”, señaló Carlos con gran angustia.
Madre e hijo serán velados juntos
La familia indicó que Gustavo Perea y su madre, Alicia Suárez serán trasladados tras las autopsias y serán velados juntos en la casa donde sucedió la tragedia.
Una de las hipótesis de la investigación policial sostiene que, tras un bingo, Gustavo le habría reprochado a su madre un supuesto romance y que estuviera conversando con un vecino de la zona. “Sólo mi hermano y mi mamá saben lo que ha pasado”, afirmaron sus familiares.
