El juez federal de Esquel, Guido Otranto, se encuentra enfrentado por varias cuestiones. A cargo de la causa que investiga la desaparición de Santiago Maldonado y ante el reclamo de la familia del artesano, el funcionario judicial está en el ojo de la tormenta ante el pedido de apartamiento realizado en las últimas horas; al mismo tiempo que recibe críticas del Gobierno nacional por su actuación.
Por estas horas, el magistrado espera las definiciones de dos Cámaras Federales para determinar la continuidad de la investigación y si seguirá al frente de la misma. Por un lado, la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia -el tribunal superior de Otranto- debe resolver un pedido de la familia Maldonado para apartar al juez. Y la Cámara Federal porteña tiene que decidir si en Esquel se debe investigar una denuncia contra funcionarios del gobierno nacional por presunto encubrimiento en la desaparición del joven de 28 años.
Ambas decisiones, que se espera que se comiencen a definir a partir de la semana que viene, podrían cambiar el curso de la investigación por la desaparición de Maldonado.
El hecho ocurrió el 1 de agosto pasado después que Gendarmería Nacional desalojó un corte en la ruta nacional 40 de integrantes de la comunidad mapuche. Desde entonces la búsqueda del joven atravesó varias hipótesis, muchas de ellas descartadas o relativizadas. Ahora el juez Otranto rastrilla el río Chubut y ayer hizo un procedimiento en la zona donde fue visto Santiago en el día de su desaparición.
La querella que representa a la familia de Maldonado, a cargo de la abogada Verónica Heredia, recusó a Otranto por temor de parcialidad y por la falta de avances en la búsqueda.
