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Política

Cristina, Cambiemos y la política que viene

La obstrucción que representa Cristina para el peronismo es un dato que también tiene en cuenta el oficialismo.

Aunque las elecciones son en octubre muchos miran las certezas de lo que viene. Y un hecho en este sentido es que Cristina Kirchner jurará como senadora en diciembre.

Este dato es el mayor desafío hoy del peronismo, y de la oposición en general. Ya Miguel Angel Pichetto, el jefe de la bancada de senadores, avisó que la ex mandataria deberá armar bloque propio. Lo mismo sentenció el senador Rodolfo Urtubey, hermano del gobernador salteño Juan Manuel, un sub-50 que hace rato se anota para las presidenciales y precisa que la ex mandataria se corra.

 

"Si CFK arrasara en Buenos Aires, nadie se le pondría enfrente. Pero lejos se está de ese escenario, y termina siendo un tapón para la renovación y un nuevo liderazgo", sostiene un encumbrado legislador peronista.

 

La obstrucción que representa Cristina para el peronismo es un dato que también tiene en cuenta el oficialismo.

A un mes de las elecciones, la ex mandataria sabe que ésta es una realidad. "Si soy un osbtáculo para el peronismo me autoexcluyo para el 2019", dijo esta semana. Es momento de generosidad -y de encolumnar voluntades-. Después, claro, se verá.

 

En esta búsqueda de votos "por afuera" de la fiel tropa que la venera, votos que necesita imperiosamente, se ubica la novedad de que la ex presidenta conceda entrevistas y acepté dialogar con periodistas a los que antes sólo ignoraba. Cuando estaba en la cima de la montaña: ahora necesita escalar desde bastante más abajo.

En su entorno más íntimo dudan que esta movida para mostrarla "más humana" se traduzca en resultados en las urnas. CFK no es una figura neutra, su tono definido y los apoyos y rechazos que genera son su mayor fortaleza, y debilidad, respectivamente.

 

Cambiemos se frota las manos. El viernes en el encuentro de 400 dirigentes en Parque Norte, en la Capital Federal, encabezados por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el gurú Durán Barba, campeaba el optimismo. Si el mapa electoral que dejaron las PASO se consolida, el "amarillo" pintará casi todo el país y Mauricio Macri (¿u otra figura? díficil pensarlo) quedaría a tiro de extender el proyecto político y económico que encarna, desde 2019. Eso al menos comentaban en rueda de influyentes dirigentes.

A todo esto el Gobierno presentó el Presupuesto 2018. Los datos principales proyectados: crecimiento de 3,5%; déficit fiscal de 3,2%; dólar a $19,30 y una inflación de 15,7%. Se planean también fuertes recortes en subsidios, en especial a la energía.

 

La intención del Ejecutivo sería aprobar la "ley de leyes" recién con la nueva composición del Congreso, en la segunda quincena de diciembre. El oficialismo contará con más legisladores. No tendrá mayorías aunque haga una gran elección. Pero sí tendrá otro peso político si las cosas le salen como espera

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