El mayor desafío que enfrentará la coalición gobernante en los próximos dos años es "dejar atrás la república corporativa", afirmó el ex senador radical y cofundador de Cambiemos, Ernesto Sanz, para quien la tarea que tendrá su partido, la UCR, será "darle contenido federal a todos los proyectos de transformación" en marcha y "crecer cualitativamente" dentro del Gobierno.
"De todos los cambios que puede dejar Cambiemos en su gestión, el más fuerte es el cambio cultural, de conductas, hábitos, de sacar prejuicios y dejar atrás una república corporativa donde los sectores son más importantes que la propia Nación", dijo Sanz en una reciente entrevista con Télam en sus nuevas oficinas de la calle Arenales de la Ciudad de Buenos Aires.
El dirigente político definió al "espíritu corporativo" como "un sector que se abroquela y pretende influir sobre los destinos del país", y citó como ejemplo a "sectores del empresariado, la Justicia, y el sindicalismo", entre otros.
En ese sentido, recordó que el presidente Mauricio Macri denunció públicamente a estos sectores corporativos en varios de los discursos pronunciados en su año y medio de gestión.
El ex senador también llamó la atención sobre lo que consideró como "un voto estratégico" del electorado, de cara a los comicios legislativos del 22 de octubre, y explicó que ese voto estaba centrado "en el mediano y largo plazo" más que en lo inmediato.
En ese marco, advirtió que para conservar ese voto se requiere "mucha humildad" y también claridad a la hora de plantear "los grandes lineamientos hacia dónde va la gestión".
"Hay un voto estratégico de mediano y largo plazo en un sector de la sociedad, y eso requiere de mucha humildad de nuestra parte para explicar permanentemente las grandes líneas hacia dónde va el Gobierno", aseguró.
Sanz, ex senador por Mendoza y dos veces presidente del Comité Nacional de la UCR, lideró el proceso que llevó a que la UCR conformara el frente electoral Cambiemos para las elecciones de 2015, junto a sus socios de PRO (partido que gobierna la Ciudad hace una década) y la Coalición Cívica que fundó Elisa Carrió.
Después de los primeros dos años de gobierno de esa coalición, Sanz se animó a plantear los desafíos de la próxima etapa.
"El radicalismo hoy gobierna tres provincias, nueve de las 23 capitales provinciales y 460 intendencias. Ya demostró cuantitativamente que ha sido un pilar en la construcción de Cambiemos", reseñó el político mendocino.
Para Sanz, a partir de este momento "el desafío" será demostrar que mantiene su influencia en " la consolidación de una coalición política perdurable y exitosa".
Eso incluye, según la mirada del radical, "tener más influencia en el diseño del país para los próximos dos años".
Así, Sanz consideró que su partido debe "recuperar visibilidad mediática y vocación de poder" en estos próximos dos años de gestión.
También destacó la función de la UCR en el interior del país al destacar que "el gran papel del radicalismo en Cambiemos es darle contenido federal a todos los proyectos de transformación".
Entre esos proyectos, Sanz destacó las reformas institucionales y la gran planificación de obra pública del gobierno de Mauricio Macri.
Para el radical, que también representó al Senado en el Consejo de la Magistratura, el actual es "un gobierno de transición", pero se apuró a aclarar que lo decía "en el sentido de transformador" porque se trata de "un Gobierno que está sentando la bases de un cambio cultural muy fuerte, donde las palabras clave son equidad y progreso", según analizó.
El dirigente de la UCR, fuente de consulta permanente del Gobierno, hizo una comparación con Brasil, y recordó que en su bandera el país vecino lleva la leyenda "orden y progreso".
"Yo agregaría orden con democracia, y progreso con equidad", puntualizó al esbozar sus expectativas para nuestro país.
Sanz también se refirió al caso de Santiago Maldonado, visto por última vez el 1 de agosto en Chubut, y elogió al juez y fiscal a cargo de la investigación por haber "recuperado protagonismo en el caso".
"El juez y la fiscal han recuperado el protagonismo del caso, y está bien, siempre debió haber sido así", expresó, y añadió que "es un caso judicial que se politizó porque hay un sector de la política que quiere hacerle daño al Gobierno a cualquier costo".
