Con la colaboración de sus compañeros y compañeras de la ONG Libera!, Ivana construyó un hogar para ella y otros 80 animales. Además de los 54 felinos y los 29 perros, por esa casa ya pasaron otras especies poco convencionales para una vivienda: caballos, murciélagos, chanchos, comadrejas, etc.
El gasto mensual para alimentar a todos los refugiados supera los $10.000, además de los egresos constantes en veterinaria, medicamentos y traslados.
La falta de adopción de sus animales por parte de la sociedad tucumana es un problema muy grande, “no queremos brindar la dirección de nuestra casa porque la gente nos deja cajas con animales abandonados constantemente. Es imposible rescatar a todos los animales”.
Ivana y su ONG piden que tomemos conciencia del maltrato y abandono animal. Si bien las donaciones son una ayuda muy grande, hacen hincapié en que el mejor aporte es adoptar: “la adopción es el acto de voluntad más grande que puede tener un ser humano hacia otro ser, de poder brindarle para siempre un lugar, un santuario”.
