Ángel “Mono” Castaño es el líder de una banda delictiva que opera en la ciudad de Añatuya. El 19 de julio del corriente año, en una emboscada planeada para evitar allanamientos por robos de motocicletas, se enfrentó a tiros con la Policía.
Los efectivos de la Departamental 13ª recibieron un llamado telefónico que los alertaba sobre un ataque armado. Apenas llegaron al barrio Campo Rosso, en Añatuya, fueron recibidos con tiros.
El ideólogo de la emboscada era “Mono” Castaño, quien se encontraba en ese momento cumpliendo una condena en suspenso por robo. Es dueño de un frondoso prontuario delictivo. Tras el ataque, se dio a la fuga del sitio. Se llevó consigo a su amante: una adolescente de 16 años, quien está cursando el tercer mes de gestación.
La Policía logró detener a tres personas: un menor, un amigo y cómplice de Castaño y la concubina. Todos permanecen detenidos.
Mientras pasan los días, a dos semanas del incidente armado, la Justicia ordenó levantar la consigna que se encontraba apostada en su vivienda. Se ordenó la captura nacional del delincuente.
Lo cierto es que mientras se mantiene en la clandestinidad del monte y recibe asistencia económica de sus familiares y allegados, Castaño procura negociar —en primera instancia— con un abogado.
Lo que necesita en este momento es un estudioso de las leyes que en su afán de defenderlo se enfrente con la Policía y la Justicia en sí.
La semana pasada, Castaño mantuvo comunicaciones en total con 5 abogados de la ciudad de Añatuya. Los sedujo con dinero y otros beneficios. Pero hasta el momento, ninguno aceptó por la envergadura de la causa, así como también por el daño que causó a la fuerza policial o por un desacuerdo en la parte económica.
