La Iglesia Católica anunció la modificación en una de sus normas para canonizar a quienes llevaron una vida ejemplar. La iniciativa, impulsada por el papa Francisco, promueve un nuevo camino hacia la santidad y es haber muerto heroicamente.
Esto abre una gran posibilidad en el marco de la causa por la canonización de la beata santiagueña María Antonia de Paz y Figueroa. Esta tercera vía implica que no será necesario comprobar un milagro, ni pasar por las instancias de evaluación en la Congregación para las Causas de los Santos. Demostrar que murió en forma heroica, será suficiente para el escalón más alto, otorgado por la Iglesia Católica que es la santidad.
Protagonistas de este camino son los cristianos que, estimulados por la caridad, ofrecen sus existencias por el prójimo. El “motu propio”, que en el lenguaje en latín de la Santa Sede quiere decir una iniciativa por voluntad exclusiva del papa, fue anunciado por el Sumo Pontífice, y llenó de esperanzas a quienes trabajan para lograr que Mama Antula llegue a los altares de todo el mundo.
Hasta ahora, la congregación que define las causas iniciadas a nivel de las diócesis, son el martirio y el vivir en forma heroica las virtudes cristianas, los que hacen partir derecho a los altares a los candidatos a la santidad.
En el documento se lee que “son dignos de especial consideración y honor” los cristianos que siguiendo de cerca las enseñanzas de Cristo han ofrecido voluntariamente la vida por los otros y que han perseverado hasta la muerte en este propósito.
El “motu proprio” del pontífice argentino —que lleva el nombre de Maiorem hac dilectionem— establece la necesidad de que sean verificadas, “al menos en grado ordinario”, las virtudes cristianas antes del ofrecimiento de la vida. Para la beatificación, es necesario verificar un milagro tras la muerte del protagonista del gesto heroico.
