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Especiales Experimento

Revelaron un peligro oculto en el uso de los teléfonos inteligentes

Incluso cuando están apagados, los smartphones pueden perjudicar nuestra capacidad cognitiva.

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Foto: MedicalXpress

La presencia de teléfonos inteligentes cerca de nosotros reduce nuestra capacidad de procesar información de forma considerable, sin importar si los smartphones están apagados o son colocados boca abajo.

 

La única manera de prevenirlo, según lo indicado por un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Texas, es tenerlo lo más lejos posible de nuestro alcance.

 

Por su parte, el portal MedicalXpress explica que los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos en los que dividieron a los usuarios de teléfonos inteligentes en tres grupos, a los que pidieron que se sometan a varias pruebas para revelar sus capacidades cognitivas.

 

El experimento

Los primeros dejaron sus dispositivos en su mesa con la pantalla boca abajo.

Los segundos los tenían en sus bolsillos o en bolsos.

Los terceros tuvieron que dejarlos en otra habitación.

Concluido el experimento, los resultados fueron claros: las personas que dejaron sus dispositivos en otra habitación completaron mejor el test que las del segundo grupo y mucho mejor que las del primero.

 

Cabe aclarar, según lo citado por el portal RT, que los participantes del estudio que tenían sus celulares en bolsos o bolsillos obtuvieron resultados un poco mejores que aquellos que los mantenían cerca.

 

 

El coautor del experimento, Adrian Ward, señaló que “vemos una tendencia lineal que sugiere que cuanto más visible es el teléfono, tanto más se reduce la capacidad cognitiva disponible de los participantes”.

 

Para los investigadores, tener un smartphone a la vista, o dentro del alcance cercano impide a sus dueños fijarse y cumplir las tareas, porque el cerebro dedica parte de sus capacidades a la necesidad de no estar pendiente del teléfono.

 

 

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Finalmente, el investigador explica que “su mente consciente no está pensando en su celular, pero este proceso, el de obligarlo a no pensar en algo, usa parte de sus recursos cognitivos limitados. Es una ‘fuga de cerebros’”, concluyó.

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