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Especiales ¡Sin querer queriendo!

¿Acto fallido?: Se olvidó de su mujer en la ruta y se acordó a 40 kilómetros

El hombre se dio cuenta tarde que su compañera no estaba.

Walter Galo, de 59, dejó abandonada a su pareja tras cenar en Moncalvo, un pueblo italiano donde se celebra la "sagra" (una feria gastronómica) denominada "Cocinas en plaza".

 

Terminada la comida, y tras echar un último vistazo al panorama, Walter se puso el casco, se subió a su moto plateada y partió contento, concentrado en sí mismo y en su ruta, sin preocuparse ni controlar si su mujer estaba también en el asiento. Llegado a la plaza Europa de Chieri, en la provincia de Turín, se percató de repente que estaba solo, señala el portal de información Que Pasa Salta.

 

Creyendo que su mujer se habría caído de la moto y que quizás estaba en el hospital, llamó al 112, número de emergencia, y una patrulla llegó de inmediato para ayudarlo. Desesperado, en lágrimas, contó a los militares lo que ocurría: "Ayúdenme; no sé dónde está mi mujer. No puedo llamarla porque su teléfono móvil está en el maletín de la moto". Los carabineros trataron de reconstruir el recorrido de Walter para organizar la urgente búsqueda de la mujer.

 

Mientras tanto, desconcertada y furiosa, Raffaella, la mujer, que se había quedado en el pequeño pueblo, llamó desde un móvil que le ha prestado un vecino. "¡Oye, me has dejado tirada en Moncalvo, cómo se te ocurre, ven de inmediato a buscarme!", le dijo ella, llena de rabia, dejando caer algún que otro calificativo como "cretino".

 

Sin perder un segundo, Walter Galo tomó su moto y reemprendió raudo y veloz el camino de vuelta. Cuando reencontró a su mujer en la plaza de Moncalvo, no se le había pasado la rabia: "Me ha dicho de todo. Estaba todavía furiosa, gritando para preguntarme cómo había podido tener semejante descuido", contó Walter, dando esta explicación: "Después de comer, fuimos juntos hacia la moto y nos dispusimos a partir, tras ajustarnos la cazadora de piel y el casco. Yo me senté en la moto y me di cuenta que ella colocaba el maletín en la moto. Así que me convencí de que estaba ya sentada también y partí tranquilo".

 

Galo se justifica subrayando que "tuvo una amnesia", un momento de inconsciencia. "Me ocurrió algo parecido a lo que sucede a un padre o una madre cuando dejan olvidado un hijo en el auto". Pero Raffaella no estaba dispuesta a escuchar razones o justificaciones en ese momento.

Raffaela le prometió que a la moto con él nunca más volverá a subir. Al menos hasta que se le pase el disgusto y llegue, con la calma, el perdón.

 

 

 

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