La Iglesia Católica celebró ayer la solemnidad del Corpus Christi con misas en los distintos templos de la ciudad. Las actividades centrales se efectuaron en la parroquia Santísimo Sacramento, y comenzaron en horas de la siesta con la procesión que salió desde la Catedral Basílica, y pasó por distintos templos hasta llegar al barrio Borges.
Allí, el obispo diocesano, monseñor Vicente Bokalic presidió la Eucaristía, y el padre Miguel Abdo la concelebró. Fieles de todo el barrio se acercaron para vivir este momento especial.
Durante su homilía, el prelado habló de la importancia de “volver a Dios” y aseveró que “cuando uno vive bien, se olvida de Dios”. Además sostuvo que “el mundo de hoy ha desplazado a Dios. Dios molesta en las Constituciones, en las legislaciones, sin embargo en las raíces de esos pueblos está la presencia de Dios. Cuando uno se olvida de Dios comienzan todos los males”.
El obispo sostuvo que hace pocos días, la primera ministra alemana, Angela Merkel dijo que “tenemos que volver a las celebraciones religiosas”, y a partir de estas palabras instó a los fieles a acercarse a los templos no sólo los domingos, sino todos los días.
“Jesús quiere despertar en nosotros esos sentimientos de amor que lo llevaron a la cruz. Tenemos que venir al encuentro”, remarcó el obispo durante la homilía brindada en el templo del barrio Borges.
Siguiendo con el significado de la solemnidad, el prelado, explicó que “Jesús se hizo pan para que nosotros lo comiéramos”. “Así son los signos que nos ha dejado para que nosotros lo contemplemos, lo adoremos, sabiendo que a Jesús hay que buscarlo en las cosas pequeñas. Él nació, vivió y murió en la pobreza”, señaló Bokalic.
“La Eucaristía es el memorial de la Pasión de Jesús. Esa noche de la Pasión les decía a sus discípulos: ‘este es mi cuerpo que será entregado por ustedes, hagan esto en memoria mía’. Tenemos que volver a lo esencial de nuestras vidas, hacer memoria”, manifestó el obispo y recalcó que “la Eucaristía es volver sobre lo central de nuestra fe. Tenemos que ser sembradores de paz, de justicia, de respeto, tenemos que nutrirnos, alimentarnos de este cuerpo del Señor”, concluyó su mensaje, monseñor Vicente Bokalic.
