Adolfo Pérez Esquivel ya está en Santiago. Antes de adentrarse en Piruaj Bajo (departamento Copo), el premio Nobel de la Paz propició ayer un espacio de diálogo para analizar los desafíos de alcanzar la inclusión y la equidad. En este contexto, planteó que el Gobierno nacional “tiene que regular lo que es la economía, pero esto tiene un alto costo social y se privilegia el capital financiero sobre la vida del pueblo”.
“Esto no es correcto porque hay que pensar en las necesidades, no en el asistencialismo. La asistencia es buena en un momento dado, pero el asistencialismo genera dependencia y esto no es bueno. Hay que tratar de encontrar una salida, no sólo en lo económico, sino en lo social, en lo cultural”, sostuvo.
La democracia, según Esquivel, “significa derecho e igualdad para todos y todas”. “Una democracia no se regala, se construye y necesita de la suma de voluntades de todos los sectores sociales, también de los medios de comunicación”, indicó al referirse a los “preocupantes” índices de pobreza.
En alusión al período electoral, el activista por los derechos humanos señaló que “es un problema que tendrán que resolver los partidos políticos, pero fundamentalmente ponerse al servicio de los pueblos y no servirse del pueblo para sus intereses”.
Mañana, Pérez Esquivel participará de la Asamblea Campesina Indígena por el Derecho a la Tierra, al agua y al monte, a realizarse en el departamento Copo.
“Tenemos que desarmar la razón armada”
Esquivel consideró que en nuestro país “hay una cultura de la violencia que es muy fuerte” y se genera “desde la escuela primaria”.
“La relación es muy violenta, la palabra es violenta”, por lo que es necesario “desarmar la razón armada”. Se trata de “un problema de conciencia. Para eso necesitamos del diálogo, saber que el otro o la otra tienen nuestros mismos derechos y que deben ser respetados”, dijo.
Por otra parte, se refirió a las situaciones que atraviesa hoy el campesinado, pero que no son nuevas. Se refirió a la presencia de “bandas armadas” que se ocupan de “quitarles los territorios a los campesinos, indígenas”.
Al referirse a la tarea de la fuerza policial en el país, sostuvo que tiene que cambiar. ”La Policía tiene una función muy importante que cumplir que es de prevención y seguridad social, pero no de represión. Una Policía que acompañe a la sociedad argentina y haga respetar sus derechos”.
Pero las fuerzas de seguridad no actúan solas. “Esto va enlazado también a lo que es el funcionamiento de la Justicia, cuando no actúa correctamente se producen situaciones de impunidad. Es un problema que lo estamos viendo en el mundo”, advirtió el Nobel de la Paz.
