Tras disertar en una capacitación sobre Justicia Juvenil, la Dra. Mary Beloff, expuso su opinión sobre el Sistema Penal Juvenil existente en Argentina y su incidencia en la reducción de la violencia.
La doctora en Derecho Penal y docente en la Universidad de Buenos Aires (UBA) recalcó que la baja de edad en la imputabilidad se ha convertido en un tema de debate permanente en el país.
La baja de la imputabilidad
“Mi visión es que, si queremos reducir la violencia, la baja de la imputabilidad no va a ayudar. Tenemos que tener en claro qué queremos hacer con los jóvenes que están en situación de mayor vulnerabilidad”, sentenció. En este sentido, Beloff expresó que si se utiliza más castigo con los menores, probablemente haya más jóvenes presos, aunque eso no tendría ninguna incidencia en que la sociedad sea más segura o menos violenta.
“Nos tenemos que poner de acuerdo como sociedad, en el sentido de si queremos vivir más seguros y con menos violencia o si queremos meter más jóvenes presos. Una vez que resolvamos eso, vamos a poder emprender un camino más claro”, consideró.
Sobre una posible solución
Sobre una posible solución, la Dra. Mary Beloff sostuvo: “El camino es que el Estado cumpla con las obligaciones internacionales y la Constitución, esto es asegurar condiciones de vida digna a los niños. Un niño que es cuidado, que tiene una familia y una comunidad que lo cuida, es un niño que no se va a meter en problemas con la ley penal. Entonces, eso es lo que tenemos que reconstruir: nuestras comunidades, la escuela, el deporte, la cultura. Si trabajamos en eso, va a ser exitosa la reducción de la violencia”. “Si lo único que hace el Estado es incorporar más menores al sistema penal, la violencia no va a reducirse, se va a aumentar exponencialmente”, advirtió.
Las falencias del sistema penal vigente
Al opinar sobre el Sistema Penal de jóvenes, la doctora Mary Beloff insistió en que el mismo funciona como reproductor de la violencia del sistema que se aplica a los adultos. “Hay que tener una intervención decisiva en los programas educativos, psicológicos, ya que hay muchos problemas con las adicciones; y de salud, para que este tránsito dramático sea una oportunidad para empezar una nueva vida alejada del delito y de la violencia. No lo estamos haciendo y tenemos un deber incumplido con los jóvenes y con la sociedad”.
“Una mejor respuesta no es sinónimo de mejor derecho penal. Significa más escuelas, cultura, deporte, diálogo y más apoyo familiar”, agregó Beloff, al enfatizar en que la responsabilidad recae en quienes tienen compromisos institucionales y académicos.
“No se trata de un cambio cultural o educativo. Se trata de recordar lo que nos une como sociedad, los valores que nos definen como pueblo y como Nación, que son el cuidado, la solidaridad, el respeto a los derechos humanos. La sociedad argentina es tolerante y tenemos que apelar a eso, reconstruir los lazos sociales y cuidar a los más vulnerables”. Sobre la poca respuesta del Sistema Penal Juvenil vigente, Beloff consideró que existe “demasiada confianza en las leyes y se olvida que el cambio viene de la sociedad”. “La ley funciona como fuego artificial. Si hace falta una ley, hay que hacerla. Pero debemos concentrarnos en transformar las vidas de estos muchachos y muchachas para que sean dignas de ser vividas”, acotó.
