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Policiales Sugerentes datos surgieron, en el marco de la investigación por el brutal asesinato de la empresaria

Custodio tiene bienes de Estela López a su nombre

Una vivienda ubicada en Monte Quemado y tractores aparecen como de Pablo Carrasco.

De las averiguaciones realizadas por Nuevo Diario en relación a la causa que investiga el homicidio de Estela López de Auad, surgieron datos sumamente sugestivos como el que indica que el “custodio” –sobre quien se ciernen sospechas del hecho– tenía una propiedad y bienes de la asesinada empresaria a su nombre.

 

Se trata del policía Pablo Carrasco, amigo de Nahuel Auad –hijo de la víctima– a cuyo nombre se encuentra una vivienda ubicada en Monte Quemado y tractores, bienes de los cuales en realidad la dueña era Estela López. Si bien existiría un contradocumento con el que la empresaria se aseguraría la “devolución” de dichos bienes, el dato surge por demás sugestivo.

 

Sobre todo porque Pablo Carrasco es una de las dos personas que la investigación sitúa en cercanías de la casa de Estela López, en un horario cercano al momento en que se produjo el crimen, según los médicos forenses entre las 14.30 y 15, del 23 de diciembre de 2015.

 

Además, Carrasco poseía llaves de la casa de la empresaria, ya que en su ausencia se encargaba de cuidar el inmueble y alimentar a los animales: un gato y una perra.

 

Construía sus propios cuchillos

Otro dato que se pudo obtener es que Carrasco construía sus propios cuchillos, por lo que tenía mucha familiaridad con estas armas blancas, ya que incluso las usaba en ocasiones cuando iba a cazar.

 

Debe recordarse que Estela López fue brutalmente asesinada con cuchillos, uno de los cuales quedó clavado en su cuerpo inerte.

 

Sugerente análisis de psicólogas

Como si todo ello fuese poco, hay un sugerente análisis de las psicólogas Larisa Bertuzzi y María Eugenia Corvalán –quienes hicieron la autopsia psicológica de la occisa– que hace alusión a las motivaciones psicológicas de quien agredió a Estela López, al indicar que el “arma blanca sugiere una extensión fálica por impotencia del agresor o por un anhelo de aquello de lo que se carece”, concluyeron.

 

La otra persona que fue situada en el lugar

 

Otra de las personas que situó la investigación en la casa de Estela López, momentos antes de que se produjera el crimen, es una pariente de la empresaria, quien ese día salió de un velorio en una sala de calle Pedro León Gallo, caminó por Moreno hasta San Martín y de allí se dirigió a la casa de la occisa, pero aseguró que ya en la vereda decidió no entrar, ascendió a un remís y se fue a su casa. A nombre de esa mujer hay una propiedad en la calle Alvarado.

 

El agresor quería callar a la víctima, por eso las heridas en el cuello

 

De la autopsia psicológica a Estela López también surgió otro dato que no es menor, cuando las licenciadas Bertuzzi y Corvalán se refieren a la zona donde se ubican la mayoría de las heridas que sufrió la empresaria, es decir en el cuello. Entienden que el agresor tenía la necesidad de silenciar a la víctima o de evitar que hable, que diga algo que no quería escuchar.

 

De tal informe surge la hipótesis de que Estela López pudo haber discutido con quien sería su asesino, a quien pudo haber reclamado algo, exigido alguna cuestión, motivando la reacción visceral del sujeto.

 

Otra cuestión que llama la atención es que en su primera declaración –efectuada el 13 de abril de 2016– Pablo Carrasco no recordó el recorrido que hizo aquel 23 de diciembre de 2015 desde Alsina y Belgrano, donde estaba de consigna, para dirigirse hacia dependencias policiales ubicadas en la vieja terminal de ómnibus, para devolver una radio portátil. Sin embargo, el 3 de mayo de ese año lo recordó y aludió un insólito recorrido, que no fue directo.

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