El protagonista de la historia es el cordobés Bernardino Roberto Aliaga (72), jubilado de la industria aceitera. El domingo fue a visitar a dos amigos, vieron un partido de fútbol, comieron y tomaron bebidas con alcohol. Al anochecer, cuando decidió regresar, dijo que iba a tomar un camino para esquivar los controles de la Policía caminera. Estuvo 60 horas perdido.
Según lo difundido en La Voz del Interior, el hombre regresaba de General Cabrera, una ciudad ubicada a 11 kilómetros de su pueblo, General Deheza, donde vive con uno de sus hijos y dos nietos.
Aunque conoce la zona, se desorientó y agarró mal una bifurcación. En plena noche, terminó dentro de un lote de maíz. Su auto, un Citroën Picasso, quedó en medio de un pantano. Exigió mucho al motor, hasta que lo recalentó y se le prendió fuego. "Le explotó el embrague”, dijeron los bomberos. “Se me quemó la nave”, fue la definición que días después dio el propio Roberto.
El hombre estuvo más de 60 horas perdido. No tenía abrigos, comida, ni agua. Es diabético. Y encima estaba sin celular porque lo había llevado a arreglar. Cuando notaron que no regresaba a su casa, la familia denunció su desaparición. En un principio pensaron que había sufrido algún delito.
En la búsqueda participaron entre 50 y 60 policías y bomberos. Hasta que el martes a la noche fue rescatado por un helicóptero, que encontró el auto calcinado. Ese dato asustó a la familia. “Ahí la cabeza me iba a mil, pensaba de todo. Pero no podía creer que se hubiera suicidado porque él vive para sus nietos. A mis hijos (5 y 8) los lleva a la escuela”, dijo Matías, uno de sus hijos.
Lo encontraron a dos kilómetros de donde estaba el auto. “Lo que más me impactó fue la fortaleza del hombre, cuando había tantos pronósticos adversos. Estaba deshidratado, con hipotermia porque la campera se le quemó en el auto, descalzo, se ve que se había sacado las zapatillas. Respondía bien. Sólo un poco confundido en el tiempo, pensaba que era lunes”, contó Walter Huerta, jefe de zona de la Departamental Juárez Celman, sobre el momento de rescate. Mientras tanto, Roberto se recupera en un hospital de General Cabrera.
