Para la recepción hubo juegos, carteles, desayuno sorpresa y representación con títeres. “Ellos han estado más de 300 días esperando por Eloysa, y cada día han pedido por su compañera. Siempre oraban, siempre querían saber cómo estaba. Hoy (por ayer) arrancamos la mañana con un momento de oración y luego nos dispusimos a esperarla”, manifestó Lorena, la docente que propuso y ayudó a sus alumnos a concretar esta gran idea.
Asimismo, remarcó que “no fue fácil hablar con los niños sobre esta enfermedad, pero han tenido la fortaleza y la fe que se necesita, y hoy Eloysa está nuevamente con nosotros”.
Finalmente, Sebastián sostuvo que su pequeña hija “es un ejemplo de lucha, nos ha enseñado mucho a todos nosotros y a todas las personas que padecen estas enfermedades. A ellos les digo que no bajen los brazos, que siempre con la ayuda y el acompañamiento de todos se puede salir adelante, siempre confiando en Dios y en la fuerza de la oración”.
