Las cosas sencillas, las palabras más simples, los momentos más comunes son por lo general los que abundan en la vida de cada persona. De eso también se conforma el mundo, según las distintas filosofías que lo enfoquen. Solo la ciencia, por deformación profesional, guarda definiciones un tanto más complejas para explicar lo cotidiano.
La poesía en cambio, en sus múltiples expresiones, llega a lo más profundo con la astucia de la sencillez. Solo así puede contarse la sensación del primer beso, el rumor de la calle vacía o el ruido de un corazón que está en soledad.
En este caso, Julio Pereyra, es un talentoso escritor santiagueño, oriundo de la ciudad de Forres, transita el camino de las letras con la extraordinaria virtud de hacer de lo simple algo bello y tal vez único. No es fácil llegar a despertar admiración a través de lo cotidiano, aunque a veces pasa que por vivir en un mundo en el que cada vez se camina más a prisa, los hombres se pierden la posibilidad de ser espectadores de la poesía que los rodea.
“Yo me expreso a través de las letras. Muchas veces brotan en malón y les voy dando orden, otras veces llegan acompañadas de un sonido que las vuelve canción”, explica el autor.
“Creo que no siempre nos damos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor o como algunas cosas cambian en lo cotidiano y dejan de ser. Me parece que ahí está la mirada también, eso es lo que quiero rescatar cada vez que puedo escribir o me llega algo. Yo siempre digo que lo mío es un intento constante, una forma de expresarme y de poder mostrar lo cotidiano, contarlo, el intento de escribir”, destaca.
Canalizar lo que se vivencia, compartir aquello que se destaca solo a través de la mirada de quien lo cuenta o lo describe es, acaso, una de las formas en que la poesía puede sorprendernos.
Rescatar de lo cotidiano la belleza de un momento requiere de una sensibilidad que no es fácil de encontrar.
Ahí es donde resalta la obra que va construyendo Julio Pereyra; “Mi escritura se va formando a través de lo cotidiano. Ahí es donde obtengo el “material”. Lo lindo del mundo y lo difícil del día a día, son como disparadores sobre los que trabajo”, expresa.
“Se me antoja que por ahí va lo que me motiva para hacer de lo que veo, lo que vivencio y sobre todo lo que vivencian otros, un poco de literatura. Creo que aun desde lo sombrío, puedo rescatar una metáfora y decir aquí hay alguien que decir, algo para contar, algo para hacer visible”, dijo para finalizar.
“Sonidos intensos”, es uno de los libros de Julio, de él son extraídas las poesías que se presentan a continuación. Una especie de muestra gratis de la capacidad y visión de este artista, que cuenta con una obra que va en continuo crecimiento.
