Shane Zhan, un hombre que salió como todos los días de su casa para realizar compras, pero no creyó que podría pasar por una mala situación.
Zhan perdió su pie derecho hace muchos años atrás, el mismo contó que al llegar al supermercado fue normal, entró y pidió una silla de ruedas mecánica, se la entregaron, e inició sus compras.
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Pero cuando estaba por finalizar los mandados y luego de pagar sus productos, junto con su hijo se dispuso ir a su auto y ahí surgió el problema.
Al salir, no le permitieron dirigirse al estacionamiento con la silla de ruedas, argumentando supuestas políticas de la empresa. Incrédulo y sin palabras, Zahn evitó la confrontación y decidió, en un gesto para él reivindicativo, salir del establecimiento sobre sus rodillas.
“Devolví todo lo que pagué ante la negativa de seguir usando la silla y tuve que salir utilizando mis manos y mis rodillas. Solo estoy intentando hacer ver a la gente cómo tratan en este lugar a los clientes con discapacidad”, escribió en su cuenta de Facebook.
Mas tarde, un responsable del supermercado le pidió disculpas y lamentó el suceso, señalando que el empleado no tomó la decisión adecuada: “No refleja de ninguna manera nuestros principios y valores sobre cómo tratamos a nuestros clientes”, comunicó y justificó la medida porque existen ciertas “normativas dirigidas a la protección” de los clientes “en términos de incidentes que puedan suceder cuando hacen uso de las sillas motorizadas en el estacionamiento
