Sergio Massa busca a los codazos acomodarse en el escenario de polarización que empuja el Gobierno y que el kirchnerismo suscribe de muy buena gana.
El líder del Frente Renovador reapareció el viernes con una propuesta económica, para “bajar los precios”, con el poco original recurso de la quita del IVA a una serie de alimentos básicos.
Hacía varios meses que Massa mantenía un muy bajo perfil y solamente hacía visitas “sorpresa” a ciudades bonaerenses, sin prensa, sin aspiración de gran cobertura de sus pasos.
Una guerra
La propuesta del IVA y otra para regular las góndolas de los supermercados –virtual declaración de guerra contra ese poderoso sector económico- la hizo junto a Margarita Stolbizer, también diputada por Buenos Aires y con la que ha cerrado acuerdo electoral para octubre. Margarita será candidata a senadora mientras que Massa debe definir si encabezará la lista de diputados.
Massa mira obsesivamente lo que hará Cristina Kirchner y con menor intensidad, al oficialismo.
Massa fue tercero en la presidencial de 2015. Sacó más de 5 millones de votos. Un 20%. Quebró entonces la polarización macrismo-kirchnerismo. Su ambición es ser presidente en 2019. Pero el panorama le asoma complicado, reconocen en sus propias filas. En 2013, su amplio triunfo en Buenos Aires terminó con el sueño de la re-reelección de Cristina. Pero luego el Frente Renovador perdió impulso, tuvo grandes errores y sufrió una diáspora que lo debilitó territorialmente.
Mirando a 2019
Cerca de Massa sostienen que “no debe convertirse en un ganador de elecciones legislativas” sino dar los pasos para llegar en 2019. Esa sería la excusa para que no jugara. Pero debe renovar la banca que ganó en 2013.
Caso contrario se quedará sin lugar institucional. Eso no es todo: la mayoría en el massismo cree que es “inevitable” que sea candidato.
“Mide 15 puntos más que la marca”, advierte un asesor. Es decir, el FR solo sacaría 15% pero con Massa encabezando, se duplica. Son muchos más cargos colgados de la boleta, presiones de muchos que deberá atender.
Polarización
Massa necesita romper la polarización. El Gobierno propondrá un “plebiscito entre pasado (los K) y futuro”, convencido de que “de este lado de la grieta hay mucha más gente”.
También porque sabe que la economía llena de problemas, no gana la elección. El líder renovador busca una grieta pero en la cual colarse en ese discurso. Y creen que está justamente en los problemas irresueltos de la economía, en que “la plata no alcanza”.
“Vamos a hablar de los temas concretos que le interesan a la gente”, dicen sus asesores. No se volcó el peronismo masivamente a Massa como algunos podían suponer. El PJ y su rama kirchnerista irán a interna o arreglarán sus cuentas. Está por verse si queda espacio para la “ancha avenida del medio” que pregona Massa.
