La crisis en Venezuela, donde el Tribunal Supremo, controlado por el chavismo, clausuró el Parlamento opositor, aunque las reacciones internacionales hicieron revisar la grave medida, tuvo entre otras consecuencias en el plano doméstico la profundización de la grieta entre el oficialismo y la oposición kirchnerista, favoreciendo el escenario de polarización electoral que unos y otros parecen buscar.
El próximo 19 de abril, en la Cámara de Diputados habrá sesión y Cambiemos quiere amplificar lo que considera el “golpe” o “autogolpe” de Caracas para recordarle a los K que “el país iba rumbo a convertirse en Venezuela”.
Aunque un sector amplio del peronismo y el massismo también condenó los sucesos de Caracas, el kirchnerismo duro no se pronunció —salvo casos individuales— en un apoyo tácito al gobierno de Nicolás Maduro.
La ironía
“Lo único que vamos a condenar es la represión en un comedor infantil de Lanús”, dijeron desde ese bloque, con ironía, y así lo hicieron.
El jueves se anticipa un paro nacional contundente por parte de la CGT, apoyado en la acción decisiva de los gremios del transporte. Pero será sin movilización, un paro “para quedarse en casa”, por parte de una camada de dirigentes gremiales sin liderazgos definidos ni ánimo de confrontar realmente con el Gobierno.
También conscientes de que no hay mucha cuerda de donde tirar y privilegiando el statu quo de sus organizaciones, y la afluencia de fondos a las obras sociales.
Pero hay una presión, que ejercieron las dos CTA la semana que pasó en la Plaza de Mayo, y ejercen los docentes en pie de guerra contra el gobierno sobre todo en la provincia de Buenos Aires.
Sello K
La presencia de dirigentes muy identificados con los K en el palco ceteísta en la plaza, también es vista con funcionalidad por el Gobierno y en lo electoral —como con los docentes— buscará transmitir que se trata de una cuestión política opositora y no de reivindicaciones gremiales solamente.
Para sacar la cuestión salarial del foco, el Gobierno empujará el debate en el Congreso de un proyecto de ley ferozmente resistido por los sindicatos docentes: la creación de un Instituto de Evaluación de la Calidad Educativa, uno de los reclamos del presidente el 1 de marzo ante la Asamblea Legislativa.
Educación
Desde hace semanas, Macri y la gobernadora Vidal no hacen más que repetir que debe discutirse “la cuestión de fondo, la calidad educativa”, como manera de salir al cruce de los reclamos salariales de los gremios.
Aunque no saben si tendrán el número de votos para aprobarlo, la decisión de llevar la iniciativa del instituto al debate es parte de esa estrategia.
Tarde
Hay quienes piensan que en tres semanas (la sesión será después de Semana Santa) ya será demasiado tarde, que el momento era ahora. Otros creen que el Gobierno no se animó a plantearlo estos días para no echar más nafta al fuego del conflicto docente.
