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Opinión Las ondas ???de amor y de paz??? del macrismo llegaron a su fin

Hacia octubre, frente a los K, a mostrar uñas y dientes

Por Guido Braslavsky

El Gobierno buscará polarizar con el kirchnerismo en las elecciones de octubre. La estrategia ya se vio el 1 de marzo, cuando el presidente abrió las sesiones ordinarias del Congreso y buscó confrontar con los K; y se reiteró el miércoles pasado, con el informe de gestión del jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien respondió a las críticas con artillería pesada y pidió a los K “háganse cargo”.

 

Parecen haberse acabado, en este aspecto, las ondas “de amor y de paz” del macrismo. Hacia octubre, frente a los K, a mostrar las uñas y los dientes.

 

“Será a blanco o negro. La confrontación de un modelo contra otro”, admite un encumbrado dirigente del PRO. La jugada es casi de manual en la política: el oficialismo planteará una disputa entre “pasado y futuro”. Confían en una mayor ejecución de obra pública, que haga que los efectos de la muy moderada reactivación que se perfila, empiecen a sentirse en la calle.

 

Los problemas de la economía, sin embargo, parecen haberle dado un aire renovado al kirchnerismo, que el año pasado en el Congreso y pese a su número de bancas, tenía una actitud intransigente que lo condenaba a un rol casi marginal. Pero ahora los K han cobrado otra gravitación. También para ellos, el asunto pasa por la polarización entre dos modelos.

 

En medio quedan las huestes de Sergio Massa, el tercero en discordia en las presidenciales de 2015, en las que ensayaron la “ancha avenida del medio”, pero habría que ver si tienen margen para esa postura. Más allá del tipo de posicionamiento que quiera tener cada fuerza, decidirá en última instancia la sociedad según su percepción y los bolsillos.

 

Habrá que tener en cuenta que en las elecciones de medio término, la gente suele distribuir más su voto, sin la presión de la elección de un gobierno.

A todo esto, en Buenos Aires el peronismo sigue especulando con la candidatura de CFK. Lo que haga la ex presidenta terminará de decidir la candidatura o no, del propio Massa.

 

El hombre de Tigre aspira a una competencia fuerte: Cristina vs. Massa vs. Carrió, por ejemplo. Y no le gustaría salir a la cancha contra rivales de segunda línea. Nadie sabe, ni en el PJ, cuáles son las intenciones de Cristina.

 

“Ella va a decidir por razones políticas, no por los fueros. Porque si las condiciones políticas son adversas los fueros no sirven tampoco. Lo que ella necesita y su mejor reaseguro frente a las causas judiciales que enfrenta es un triunfo del peronismo en octubre”, analiza un importante dirigente del PJ. Una de esas causas se definió esta semana: el juez Claudio Bonadio envió a Cristina también al ex ministro Axel Kicillof, entre otros —a juicio oral en la causa de dólar— futuro en los finales de su gobierno.

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