Con el fin de realizar estrictos controles en los campos, para realizar un seguimiento de los cultivos, los productores comenzaron a usar los drones.
Según indican desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), tienen un enorme potencial de uso en la certificación de procesos y la trazabilidad de los productos.
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De acuerdo con Andrés Méndez, referente en agricultura de precisión de esta unidad del INTA, "esta nueva herramienta le permite al productor conocer, en tiempo real, el estado, el desarrollo y la variabilidad de los lotes".
Equipados con cámaras para sacar fotografías o filmar en alta definición, los nuevos equipos voladores no tripulados pueden ser aviones, helicópteros o tener desde cuatro a ocho hélices.
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Entre los usos más destacados, se encuentran los relevamientos topográficos, que ayudan a identificar zonas del terreno susceptibles de erosión y a confeccionar mapas detallados de las labores agrícolas.