Los sacerdotes que realizan tareas pastorales en las villas de la ciudad de Buenos Aires expresaron ayer su preocupación por las “consecuencias discriminatorias” del decreto migratorio del Gobierno conocido a fines de enero.
“Los sacerdotes que vivimos en las villas, barriadas y asentamientos del Gran Buenos Aires y la ciudad estamos muy preocupados por las consecuencias discriminatorias de la medida implementada desde el Gobierno nacional, y por su consecuente incentivación del racismo y la xenofobia en nuestro pueblo”, dice un comunicado difundido ayer.