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Especiales Belleza

Conocé tu tipo de piel y el cuidado que requiere

Existen muchos pero, de manera general, se pueden clasificar en normal, mixta, oleosa, seca o sensible.

Cada tipo de piel exige un cuidado distinto y específico. Por eso, es necesario conocer sus características y tener en cuenta los productos que pueden o no ser utilizados habitualmente.

 

Piel normal

 

Es fácilmente reconocible por estar siempre bien hidratada y tener una textura compacta. Es aquella que produce la cantidad justa de grasa para permanecer impecable, ni demasiado grasa ni demasiado seca, por lo que es poco probable que en algún momento sufra problemas de acné o espinillas.

 

Cuando la piel normal es aún joven, se aconsejan cuidados basados en la aplicación de cremas hidratantes de día, mientras que en la noche se sugiere el uso de cremas suaves para nutrir la piel. Para hidratar se puede aplicar una emulsión o gel a base de vitaminas A, C y E y extracto de aloe vera. El uso de cremas antiarrugas se reservará para las pieles maduras.

 

Para limpiar este tipo de piel se pueden usar jabones líquidos (glicerinados) y lociones suaves. Después aplicar un tónico para calmar la epidermis y ayudar a contraer los poros.

 

Piel seca

 

Generalmente tiene poros finos, es opaca y es más propensa a agrietarse. A la piel seca le falta hidratación, por este motivo su aspecto es apagado, sin vida, y tiende más a las arrugas. Por eso, deben extremarse los cuidados.

 

Un buen punto de partida es evitar el uso de jabones que incrementen la sequedad. Utilizar demaquillantes que sean hidratantes y calmantes. Como la epidermis seca envejece aceleradamente, se debe incluir en la rutina diaria el uso de productos nutritivos y tensores.

 

Para este tipo de piel son necesarios los hidratantes potentes pero de textura ligera, como gel-crema o crema. En todas las pieles, sobre todo en las secas, es importante que el producto de día tenga un filtro solar incorporado.

 

Cómo las pieles secas son más propensas a las arrugas, además de realizar una buena hidratación no hay que descuidar el uso de cremas con retinol, ácido glicólico y vitaminas.

 

Piel grasa

 

Este tipo de piel se observa cuando las glándulas sebáceas producen grasa en exceso, esto ocasiona la obstrucción de los poros y favorece la aparición de espinillas. La ventaja de este tipo de piel es que envejece más lento. Sin embargo, requiere de una higiene rigurosa, sin descuidar la correcta hidratación.

 

Su aspecto es demasiado brillante y muchas veces grasoso. Las áreas más afectadas suelen ser el rostro, el cuello, el pecho y la espalda.

 

Muchas personas tienen la piel grasa durante la pubertad, sobre todo los varones, pero hay pieles que son grasas toda la vida por una predisposición genética o por las alteraciones hormonales. Si los padres han tenido piel grasa, es posible que esto de herede. Además, cualquier cambio hormonal (debido a la menstruación, el embarazo, situaciones emocionales o el paso a la menopausia) puede hacer que la piel se transforme en grasa.

 

La exfoliación y el uso de mascarillas purificantes son excelentes agentes de control. Nunca se deben utilizar productos con formulaciones aceitosas.

 

La limpieza debe efectuarse como máximo entre 2 y 3 veces al día. Se pueden usar jabones líquidos o en barra (glicerinados). Es recomendable no lavar la cara en exceso porque aumentará la oleosidad.

 

Para hidratar, se deben evitar los productos cremosos o grasos. Optar por hidratantes en forma de gel o crema con filtro solar y también por productos a base de vitamina A, C y E. En el tratamiento antiarrugas, se recomiendan los productos en gel.

 

Piel mixta

 

Este tipo de piel se caracteriza por la existencia de áreas de piel grasa en zona T (frente, nariz y mentón) y zonas de piel normal o seca. La más seca es la de la barbilla y las mejillas, por lo que se debería utilizar productos específicos para cada zona.

 

Se indicará una mezcla de tratamientos para ambos tipos de piel. Aplicar jabones de limpieza profunda y astringentes en toda la piel y también mascarillas y exfoliantes en las zonas grasas.

 

Para hidratar y protegerse del sol son convenientes los productos específicos para pieles normales, pueden ser emulsiones.

 

Piel sensible

 

La piel sensible es una de la que más cuidados requiere. Es muy frágil y fácilmente irritable, por lo que puede no tolerar algunos componentes de los productos de cosmética e higiene. Este tipo de piel se ve también muy afectada por las temperaturas, que pueden deshidratarla y resecarla.

 

Lo ideal es limpiarla con productos suaves, sin detergentes ni fragancias. Aplicar cremas humectantes que cumplan con la función de barrera, pueden contener distintos principios activos que sean calmantes y descongestivos.

 

Se pueden aplicar máscaras calmantes. Tienen función descongestiva y antiinflamatoria, son para pieles sensibles y están formuladas con principios activos como tilo, azuleno y manzanilla.

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