Ayer en horas de la mañana, luego de que Néstor Taboada se presentara a testificar, en la vereda de la Comisaría 1ª dialogó con Nuevo Diario, donde se refirió a su estado de salud, tanto físico como psicológico. También habló su padre, quien expresó que sintió mucho miedo el día que supo que su hijo había sido herido. “Me es difícil hablar, así que voy a ser lo más breve posible”, comenzó la entrevista el cabo Taboada, agarrándose la herida con su mano izquierda. No le es fácil hablar o comer, debido a la herida, que está vendada.
“Todas las mañanas me levanto y voy a la UPA para que me curen la herida”, dijo y confesó también tener 30 días de reposo y que luego de los análisis psicológicos y físicos volverá a cumplir con su trabajo en la Seccional 51ª.
“Me siento bien; lo peor ya pasó”, agregó. Si bien la herida es profunda y sus vendajes le ocupan de extremo a extremo su rostro, él ve mejorías con los días y con la ayuda de sus familiares el cabo Taboada seguramente en poco tiempo volverá a realizar su servicio a la comunidad.
Su padre, Guillermo Taboada, se refirió al temor que sintió ese día. “Imaginate, si iban con todo eso en el vehículo podría haber sido una tragedia para mi familia. Gracias a Dios los han podido aprehender y no hay más pérdidas que su herida, que si bien es de gravedad, yo sé que se va a recuperar y va a volver a trabajar”, aseguro don Taboada, un hombre mayor, quien también comentó que toda la familia está acompañando y cuidando al cabo.
“Aunque todos aquí tuvimos miedo, para nosotros es un héroe y estamos orgullosos de él”, concluyó el hombre.
