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Las polémicas aplicaciones para espiar celulares

Permiten interceptar mensajes y llamadas, hacer seguimiento por GPS en tiempo real y hasta activar la cámara para ver lo que hace la persona en vivo y en directo. Según diferentes estudios, este tipo de software suele ser empleado por acosadores y maltratadores para controlar a sus víctimas.

Monitoreo de llamadas, mensajes y seguimiento por GPS en tiempo real. Esas son algunas de las opciones que ofrecen las numerosas aplicaciones que existen para espiar celulares.  Entre otras, se destacan FlexiSPY, mSpy, Highster Mobile y SpyPhone, que permiten hacer este seguimiento virtual. Habitualmente se promocionan como programas que pueden ser muy útiles para controlar a niños y adolescentes, con el fin de cuidarlos de posibles peligros.

 

Esos programas, y otros similares, también son usados por diferentes entidades gubernamentales o la policía para hacer investigaciones, atrapar sospechosos, etcétera.

 

Y en ocasiones también son empleados para controlar a la pareja. Se instala el software en el celular del usuario que se quiere espiar y se logra tener acceso completo de cada movimiento que hace la persona, sin que esta se entere.

 

Así, se pueden interceptar todos los mensajes de las distintas aplicaciones como WhatsApp, Messenger o Instagram; revisar el historial de búsqueda en la web, mirar la agenda y la lista de contactos e incluso activar la cámara para ver lo que hace la otra persona en vivo y en directo.

 

Además de que se vulnera la privacidad del usuario, el gran problema es que el uso de estos programas está vinculado a casos de violencia de género, según publicó Forbes.

 

En el artículo se cita el caso de una mujer -cuya identidad no se revela-en Estados Unidos quien, harta de los frecuentes maltratos de su pareja, se escapó de su casa y pidió ayuda en un refugio para víctimas de violencia de género.

 

Al poco tiempo, comenzó a recibir mensajes de su ex pareja, quien le decía que sabía dónde estaba. La mujer, asustada, se mudó varias veces más pero el hombre siempre la encontraba. El maltratador admitió que sabía cada uno de sus pasos porque le había instalado una app de monitoreo en el teléfono.

 

Este ejemplo que se menciona en Forbes no es aislado. Según un estudio elaborado por la Radio Pública Nacional (NPR, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos, el 85% de las víctimas de 70 refugios habían sido espiadas por sus maltratadores por medio de estos programas.

 

Por otra parte, según una investigación de la entidad Women´s Aid en Inglaterra, el 29% de 693 mujeres encuestadas en 2015 aseguró también tener algún tipo de spyware en sus equipos.

 

Sin dudas, el uso de estas aplicaciones, vinculadas a la violencia de género, causa polémicas y muchas dudas. El punto es pensar si el problema es realmente que existan estos softwares o el uso que le dan los acosadores y maltratadores.

 

¿La respuesta está en limitar este tipo de desarrollos o en educar en el uso responsable del sistema? Se trata de una temática con varios vértices. Por un lado está el tema de la privacidad, porque este tipo de programas se venden sin restricciones y quien los usa sin dar aviso previo y con el fin de espiar, más allá de los casos de violencia de género, está vulnerando la privacidad del usuario espiado.

 

Por otra parte, seguramente cuando se emplea para resolver una investigación o con el fin de cuidar a un menor su uso pareciera ser menos cuestionable. Por ahora, son más las dudas que las certezas.

 

 

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