El caso de un niño de apenas siete años que murió por la imprudencia cometida por sus padres ha generado fastidiar en el mundo. Se trata del pequeño Seth Johnson, de Minnesota, Estados Unidos, que falleció como consecuencia de una pancreatitis que le mantuvo enfermo durante varias semanas.
Según señala en su portada el diario Ideal, al parecer, los padres de Seth se negaron a ir al hospital al tener "problemas con los médicos" y decidieron rezar por su salud en vez de llevarlo al hospital.
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Además, Seth había sido diagnosticado previamente con alcoholismo fetal y trastorno reactivo, de lo cual también serían responsables sus padres.
Ahora, tanto el padre como la madre tendrán que comparecer ante la justicia, con el fin de explicar qué ocurrió realmente con el joven en las horas previas a su fallecimiento.