Con un léxico acelerado —casi “alocado”— el “maestro del delito” Luis Manuel Pericás pretendió ayer convencer a la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia que es “mi pobre angelito”, y “chicaneó” en pos de zafar de la situación de detención que detenta en el marco de la denominada causa “medidas cautelares”.
Tan convencido estaba el “preso VIP” que torcería su destino procesal, que llevó sus cosas en un bolso, al parecer pensando que después de la audiencia ante el Alto Cuerpo se iría a su casa.
Al parecer, el “ojo del futuro” que tiene el turbante que usa en sus cuestiones esotéricas está mal calibrado, por cuanto no le está advirtiendo sobre la realidad en cuanto a su situación procesal.
El recurso de casación
Ayer, la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia le concedió a Pericás una audiencia para tratar su pedido de excarcelación, el cual le fuera rechazado en dos instancias anteriores, y que en esta oportunidad el fiscal general Luis de la Rúa requirió también que se rechace el recurso de casación que plantearon los defensores del imputado, al sostener que existen suficientes elementos de convicción como para sostener que en libertad, Pericás tratará de entorpecer el proceso o eludir la acción de la Justicia.
Para el titular del Ministerio Fiscal existe peligro procesal, ya que el acusado no tiene domicilio en Santiago del Estero y permaneció prófugo de la Justicia, razón por la que se opuso a la concesión de la libertad a quien está imputado por los supuestos delitos de defraudación calificada en concurso con prevaricato en perjuicio de la Administración de Justicia.
Producidos los alegatos, el tribunal integrado por los doctores Gustavo Herrera, Federico López Alzogaray y Carlos Aignasse, pasó a un cuarto intermedio para deliberar y hacer conocer su decisión en los próximos días.
