La estructura delictiva, desarrollada a lo largo de casi 800 carillas, no se resume en la ex presidenta Cristina Kirchner. El ex ministro de Planificación Julio De Vido tuvo un rol clave: firmó decenas de resoluciones y decretos para dotar de recursos extras a Vialidad Nacional y concentrar la obra pública en Lázaro Báez. Algo similar ocurrió con el ex secretario de Obras Públicas, José López, quien desplegó su influencia para direccionar los fondos oficiales hacia la provincia de Santa Cruz. En tanto, el empresario patagónico fue tan determinante como los ex funcionarios porque facilitó sus empresas para consumar la maniobra de corrupción.
Los tres quedaron en un pie de igualdad con la ex presidenta. segun señala en su portada Infobae, todos fueron procesados como coautores del delito de asociación ilícita en concurso real con el de administración fraudulenta agravada.
De Vido fue uno de los pocos ministros que se mantuvo en su cargo en toda la era K. Dentro de su órbita estaba la secretaría de Obras Públicas, que comandaba López, aunque su defensa apuntó a desligarse de toda la cadena jerárquica de la obra pública. En su indagatoria, el ex ministro dijo que no era responsable de todo lo que se realizaba en el Ministerio de Planificación. No logró convencer a la Justicia. Ercolini sostuvo que "tiene responsabilidad por las decisiones políticas y administrativas que se toman en los distintos niveles de la cartera ministerial que presidió" y estaba obligado a controlar a los funcionarios a su cargo.
Para el juez, De Vido tuvo un rol determinante en tres instancias de la maniobra: 1) la planificación del lugar en el que se ejecutarían y concentrarían las obras, 2) cómo se nutriría a Vialidad Nacional de recursos económicos, y 3) la elección de los contratistas.
El fallo enumera los decretos y las resoluciones firmadas por el ex ministro para modificar el presupuesto nacional y aumentar los recursos destinados a Vialidad, en manos de Omar Periotti, entre 2007 y 2014.
Para probar la cercanía entre De Vido y los Kirchner, el juez apeló a los dichos del ex valijero y ahora arrepentido Leonardo Fariña, quien describió el sistema de asignación de recursos en el Ministerio de Planificación con los gobernadores e intendentes afines. No es la única prueba, pero su testimonio fue valorado por la Justicia.
López fue otra pieza central del rompecabezas. Ercolini lo acusó de propiciar la inclusión de Vialidad Nacional como beneficiaria del fideicomiso constituido mediante el decreto 976/01, sin haber incorporado la definición de las obras que pretendían ejecutarse. Más allá de los intentos de desligarse de las áreas a su cargo, uno de los testigos declaró que López era "verticalista" y "concentraba toda la información de las áreas y decidía él, en forma exclusiva". Periotti, otro de los procesados, era uno de los funcionarios que formaba parte de ese esquema.
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Acá otra vez aparece Fariña. El juez remarcó los dichos del arrepentido sobre la vinculación directa entre De Vido, López y Néstor Kirchner "en cuanto al discrecional manejo de la obra pública".
Para Ercolini, el ex secretario de Obras Públicas, hoy detenido en la cárcel de Ezeiza, "tenía a su cargo el cuidado de los intereses patrimoniales del Estado y mediante la inobservancia deliberada de aquéllos, perjudicó los intereses confiados para procurarle un lucro indebido a Lázaro Antonio Báez". El fallo recuerda que ese empresario recibió 52 obras de un total de 88 licitadas en la provincia de Santa Cruz. Además tuvo otro privilegio: sus pagos estaban al día cuando terminó el kirchnerismo.
Para la Justicia, el rol de Báez fue tan determinante como el de los funcionarios. El empresario patagónico -detenido por orden del juez Sebastián Casanello- aportó la estructura societaria y las empresas necesarias para recibir los fondos del Estado. "Su accionar garantizó que tuviera lugar un hecho complejo de corrupción", destaca el fallo.
Ercolini recordó que Báez era un simple empleado del Banco de Santa Cruz y que constituyó la firma Austral Construcciones sin tener experiencia en el rubro de la construcción. Lo hizo en mayo de 2003, justo antes que asuma la presidencia Néstor Kirchner. En esos doce años, el empresario aumentó "alarmantemente" su patrimonio. Según el fallo, en 2005 Báez tenía un patrimonio (en blanco) de $2.169.215 y siete años después trepó a $105.784.155.
