Llegó 40 minutos antes del horario establecido para la conferencia de prensa. Lo hizo acompañado de su representante y, tras los saludos de rigor, comenzó a interiorizarse de todo el mundo Central Córdoba, en diálogo con los dirigentes.
Vestido de una camisa de color celeste, con rayas finitas blancas, pantalón de jeans azul oscuro y zapatos de punta negros, así se presentó Gustavo Coleoni a la conferencia de prensa, en la cual firmó su vínculo como nuevo entrenador de Central Córdoba, para dirigir al equipo en la Primera B Nacional.
Verborrágico, con la sonrisa fácil, con un gran entusiasmo por el desafío que le tocará afrontar a partir del 3 de enero, quedó claro que al “Sapito” le gustan las difíciles.
No esquivó ningún tema, excepto —claro está— cuando aclaró que de ninguna manera daría el nombre del jugador que están buscando para reforzar el ataque “ferroviario”; por lo demás, habló de todo.
El esquema táctico, cómo le gusta que jueguen sus equipos, el tema de la presión alta, de salir a buscar el triunfo de local y de visitante. El jugar con “rapiditos” por afuera, que le gusta el equipo porque tiene gente de experiencia y juventud. En fin de todo.
Lejos de perder el tiempo y de marcar distancia con el hincha o el periodismo (algo que era habitual en los últimos entrenadores), Coleoni habló con todos, pero no sólo que se prestó al diálogo de ocasión, sino que indagó, fue directo al hueso.
Preguntó por los jugadores, por el esquema que venía utilizando el anterior DT (Marcelo Fuentes), por el nivel de juego del equipo, por cómo está la gente con el equipo. Le daba lo mismo un hincha, un periodista o un dirigente. Quería escucharlos a todos y sacar luego sus propias conclusiones.
A la hora del catering, nunca hizo rancho aparte, ni siquiera se acercó al sector donde estaban Pece y compañía. A él, al parecer, le interesaba otra cosa. Entre un bocadillo y un vaso de gaseosa cola, Coleoni se prendió en un jugoso diálogo con el periodismo. Conocedor de las reglas del juego, el “Sapito” sabe con qué bueyes se ara, por eso recibió y brindó mucha información. E hizo notas con todos, más allá de la conferencia de prensa oficial.
Luego, cuando fue disminuyendo la adrenalina de la presentación, se acercó al lugar donde estaban los utileros y otros integrantes del cuerpo técnico (el PF Matías Caro y el entrenador de arqueros, Hugo Caballieri), para escuchar la otra campana, para saber si se estaba bien con la ropa de entrenamiento; o cómo se manejaban con un jugador que se lesionaba en una práctica o si tenían algún consultorio médico donde realizar un primer diagnóstico. O sea todo. No dejó nada, ningún tema librado al azar.
Después, volvió a juntarse con la dirigencia para diagramar lo que será la pretemporada. Quiere diez días para tener a todos los jugadores juntos, para “armar el grupo”. Y también varios partidos amistosos.
Un Coleoni auténtico, que mostró que tiene todas las ganas y el ímpetu para sacar al “ferro” adelante, en la difícil situación que le está tocando atravesar con el descenso.
