David Grisham es un predicador originario de Alaska, que vive en Texas y aunque no forma parte de la Iglesia de Westboro (esos que se dedican a protestar afuera de funerales), es un gran fan de sus actividades.
Está verdaderamente obsesionado con recordarle a la gente que la Navidad se trata de Jesús al punto que comenzó a pregonar frente a la línea de niños esperando sentarse en las rodillas de Papa Noel que sus padres son unos mentirosos, son todos pecadores y Santa Claus no existe.