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La Provincia Roma

En el día de la Virgen, el papa Francisco pidió por los desempleados

En el Día de la Inmaculada, Francisco encabezó una multudinaria ceremonia en Roma donde rezó por "quien perdió el trabajo o no logra encontrarlo".

En una ceremonia multitudinaria en la Piazza Di Spahna de Roma, el papa Francisco encabezó hoy la conmemoración por la Inmaculada y pidió a la Virgen por “quien perdió el trabajo o no lograa encontrarlo”.

 

"Te traigo, Madre, a todos los trabajadores, hombres y mujeres, y te encomiendo sobre todo a los que, por necesidad, se esfuerzan en hacer un trabajo indigno" y a "quien perdió el trabajo o no logra encontrarlo", recitó el Pontífice frente a la estatua en la tradicional plaza romana, en una ceremonia de la que también participó la alcaldesa capitalina Virginia Raggi.

 

"Te traigo, madre, especialmente a los solos y abandonados, y que por eso son engañados y explotados", planteó el Obispo de Roma.

 

"Yo te traigo, Madre, familias, que llevan adelante sus vidas y la sociedad con su compromiso diario y oculto; especialmente a las familias que tienen más dificultades por tantos problemas internos y externos", sentenció Francisco antes de saludar a decenas de fieles en sillas de ruedas que lo acompañaron.

 

La oración completa del papa Francisco:

 

Oh María, Madre nuestra Inmaculada,

En el día de tu fiesta vengo a Ti,

y no vengo solo:

traigo conmigo a todos aquellos que tu Hijo me ha confiado,

en esta ciudad de Roma y en el mundo entero,

para que Tú los bendigas y los salves de los peligros.

 

Te traigo, Madre, a los niños,

especialmente a los que están solos, abandonados,

y que por eso son engañados y explotados.

Te traigo, Madre, a las familias, que llevan adelante la vida y la sociedad con su compromiso diario y escondido; de modo particular a las familias que tienen más dificultades por tantos problemas propios y de otros.

 

Te traigo, Madre, a todos los trabajadores, hombres y mujeres,

y te confío sobre todo a quienes, por necesidad,

se ven obligados a desarrollar un trabajo indigno

y a quien ha perdido el trabajo o no logra encontrarlo.

 

Necesitamos tu mirada inmaculada,

para reencontrar la capacidad de mirar a las personas y las cosas

con respeto y reconocimiento, sin intereses egoístas o hipócritas.

 

Necesitamos tu corazón inmaculado

para amar de manera gratuita,

sin otros fines que los de buscar el bien del otro,

con simplicidad y sinceridad, renunciando a enmascarar y maquillar.

 

Necesitamos tus manos inmaculadas

para acariciar con ternura, para tocar la carne de Jesús

en los hermanos pobres, enfermos, despreciados,

para realzar a quien ha caído y sostener a quien vacila.

 

Necesitamos tus pies inmaculados

para ir al encuentro de quien no sabe dar el primer paso,

para caminar por los senderos de quien se ha perdido,

para ir a encontrar a las personas solas.

 

Te damos gracias, Oh Madre, porque mostrándote a nosotros

libre de toda mancha de pecado,

nos reconoces que antes de todo existe la gracia de Dios,

existe el amor de Jesucristo que ha dado la vida por nosotros,

existe la fuerza del Espíritu Santo que todo renueva.

Haz que no cedamos al desánimo, sino que, confiando en tu constante ayuda,

nos comprometamos a fondo para renovarnos nosotros mismos, esta ciudad y el mundo entero.

¡Ora por nosotros Santa Madre de Dios!

 

 

 

 

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